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sergiobrau

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Domingo para no olvidar.

Salí de la radio. Me ofrecen llevarme en coche a casa. Gracias, lo necesito. No tengo fuerzas para ir andando. Contrariamente a lo que quisiera, no le he hecho caso al Athletic. Sólo sé que pierde porque lo he pillao de casualidad. Ni me entero de los cambios. ¿Nos estarán achuchando? ¿Cómo estamos jugando? No sé nada, pero sé que no me voy a perder un detalle, porque la maldita tarde de radio se ha acabó. Monto en el coche. Sacamos un córner. Yeste lo bota, Casas cabecea solo y marca. Grito todo lo suave que puedo y con monosílabo "gol". Nerea se asusta. Golpeo muy suave el techo del coche para disimular mi alegría y las ganas de gritar por la ventanilla. Pero sigo anestesiao. Llego a casa, y con la radio en una oreja sintonizo Rivadavia en el oredenador. Boca gana. No sé por cuanto pero gana. Bajo el volumen y me centro en la radio. Controlamos, el Depor es un juguete. Hay penalti a nuestro favor. Apago la radio, quito Rivadavia y pongo Radio Euskadi a toda velocidad. No me atrevo a poner a Jose por si no funciona (perdón por los cuernos jefe.) Orbaiz marca. Ya está. 9 meses de angustia han terminado. Estaba cerca pero no estaba nada claro. Ahora sí. Otro año en primera. Boca gana 0-2 y lo que queda es una pachanga. Jiménez pita el final y otro torneo corto para La BOmbonera. Pasarella no lo ha visto: peor para él.

40.000 gritos.

"Que ganamos fijo. ¡No me jodas hombre! ¿cómo no vamos a ganar?" Era mi respuesta a la socarrona preegunta de qué ibamos a hacer contra el Zaragoza. Ilusión en el corazón. Viaje larguísimo, creo que pocas veces se me ha hecho tan largo. Y por fin el estadio, casi a reventar cuando entramos. Y ese banco repleto, donde siempre nos sentamos. Y nada más llegar allí que salen. Y aplaudimos, y pita Medina y empezamos a gritar, a animar. Pero pasa poco. No apretamos, no mordemos. ¡Pum! Ostia que susto. Milito al palo. Pero el susto sigue en mi cuerpo. GOl de la Real. Mierda, quiero que palme. Bueno, me da igual. Me centro en lo mío. Seguimos animando. Mucha voluntad, pero juego nulo. Gol del Alavés. ¡No me jodas Javi! ¿en serio? Lo pregunto por sacarme la incredulidad de encima y pagarlo con alguien, porque cuando él me lo dice sé que es verdad. Esta es buena, una dos que casi entran y la mano que la veo hasta yo. Medina no la pita y pierdo los papeles por primera vez en un campo. Me acuerdo de su madre más de quince veces en medio minuto. Javi me tranquiliza pero necesito desquitarme. En el descanso el bocata (malíísimo por cierto pero lo que cuenta es la voluntad querido), no me hace efecto. Como por inercia, por comer pero sin sentir que como. Va ganando el Espanyol, el Mallorca empata. Bueno, vamos a ver. La segunda parte será otra historia. Pero no. Todo se repite. Gol de la Real. Bueno, a estas alturas me rindo. Vale, nos quita al Cádiz del medio. Me tendré que aguantar. Y gol del Alavés. ¡Venga ya! Si, van 2-0 y el athletic... ¡Puuuuuum! Otro palo. ¡Dios! Joder, estos cabrones nos ganan. Zapater es Dios en medio campo. No hay nada que hacer. No hay ideasy encima nos la van a clavar. Ya está. Ewerton lo mete ahora. ¡Joder Iñaki, qué paradón! Se me ha parado el corazón por momentos. He visto el 0-1 muy cerca. Minuto quince. Lo digo: Javi, quedamos aquí el día del Barça. Dice resignado que vale, que bien. Se va Julen, me levanto para aplaudirle y darle las gracias como siempre. A ver que hace el chaval. Joder el chaval. Llegan más goles. El Alavés con 10, el Cádiz marca. Venga vamos coño. Recuerdo la jugada porque he escuchado mil veces el gol, y no se me olvidará nunca, como el gol de Julen contra el Depor un lunes que nos llevó a la Uefa. Está en la línea de banda, se le va a ir el balón, Milito sale a por él. La pierde fijo. ¡Zas! le regatea. Joder vaya regate. Va Poncio. ¡Lo mismo! El campo flipa. Hay un pase para Yeste. Dejo de oír la radio, hay dos segundos donde no sé que pasa. No escucho al campo. Sólo a Javi: ¡gooooooooooooooool! Me levanto enloquecido, se lo grito al muchacho zaragocista que tenia al lado en su oreja, empiezo a golpear como loco una chapa que hay sobre mi sin dejar de gritar como loco. Me duelen las manos de aplaudir. Tenuemente escucho a Alberto Santacruz aullar el gol vergonzosamente afónico de la emoción. Siempre supe que sería un crack. Todo el campo grita y yo no quiero ser menos. De allí al final no sufro. El Athletic defiende bien. También me levanto para aplaudir a Ustaritz. ¡Vaya partido chaval! Pita Medina el final y estalla el campo. Estallan 40.000 gargantas, 40.000 gritos de libertad, de alivio, de alegría. El Athletic ha jugado horrible, pero ha ganado que es lo que importa. Me quedo quieto en el sitio. Le han pitado a favor un penalti al Cádiz. Cuando lo marca Lucas Lobos los dos gritamos y unas señoras se asustan. ¿Pasa algo? No que ha marcao el Cádiz y tenemos familia allí. Que cerca está la salvación coño. Recuerdo las lágrimas de Yeste y Llorente. Las entiendo. Los han puteao mucho. Sobretodo a Fran. Sé que lo siente, todos lo sienten, pero esas lágrimas valen mucho. No se me van a olvidar. Queda muy poco. Vemos la luz. Casi está.

el Jefe en Mundo Deportivo.

Hombre gol José Iragorri El Athletic hace pocas semanas tenía una gran efectividad. Sin ir más lejos, en el Sardinero, Balaídos o ante el Cádiz en San Mames, los leones ganaron con un triste disparo a puerta. Había puntería y suerte. Todo lo contrario de lo que le sucede ahora. Ni en el Vicente Calderón ni contra el Valencia los puntas estuvieron atinados. Pero no es razón suficiente para lamentarse, como hizo Clemente, de no tener un hombre gol. En su momento, Mendilibar también se quejó amargamente de no poder contar con Urzaiz, que estaba en el dique seco. Mira, ese problema no lo tiene Clemente. Otra cosa es que a Isma no le haya hecho jugar con demasiada continuidad. Hombre gol es, por ejemplo, Aduriz. Quizá era del donostiarra de quien se acordaba Clemente cuando realizó su reflexión tras la derrota del domingo. Pero 'El zorro', lo mismo que Etxebe, todavía no está listo. Eso sí, confiemos en que ambos lleguen a tiempo para el último golpe de riñón. A quien sí tenía Javi disponible era a Guerrero, cuya experiencia siempre suele ser aprovechable en partidos en los que el gol es una asignatura pendiente. Los 116 'bacalaos' logrados avalan al portugalujo. Sin embargo, el mismo entrenador que hace poco más de un mes ponderaba el olfato goleador de Julen, o su potencia de disparo dentro del área rival, prefirió otras soluciones. Apostó por la refrescante velocidad de Dañobeitia, confió en el juego revolucionado de Tiko, (probablemente el rey de la sustitución con sus 20 salidas desde el banquillo) y se decidió finalmente por el debut del jovencísimo Urko Arroyo. Todo menos jugarse la baza de Guerrero, un verdadero hombre gol, con hambre de gol al que, incomprensiblemente, no le quieren dar vela en este entierro

no queda otra que esperar

No queda más remedio que esperar a Sevilla. Lo de ayer ya no tiene remedio. Da igual como juegues de bien o de mal ahora, lo que cuenta es ganar. Y lo de ayer no sirve de nada. De nada el esfuerzo, de nada el partidazo. Todo queda eclipsado por un Villa soberbio, al que no sé cómo le irá el grado de hispanidad para ser titular por delante de Torres y Raúl. Si mandara el fútbol, Casillas, Villa y 9 más, aunque lo de Cañizares de ayer es sencillamente para enmarcar. No puedo decir nada más, porque el fútbol tiene estas cosas, y si no que se lo pregunten al Mallorca de Manzano. Ahora, lo de la gente en San Mamés fué sencillamente brillante, para poner la piel de gallina. Juro que a mí me emocionó y me llenó de orgullo. En unos días, espero sumarme yo también a esa fiesta, a esa afición incansable, inagotable, incombustible e increbrantable, y mira que motivos ha habido... Salvo Espanyol y Real, nadie ha sumado salvo el Cádiz, y el recurrido una jornada menos, es cierto. Con Racing, Mallorca y Alavés que es el único enemigo a mirar de reojo, lo de Sevilla es vital, y el partido del próximo miércoles en San Mamés, debe ser la fiesta definitiva, la comunión y la única alegría que la afición recibirá esta temporada, pero también la más ansiada de las celebraciones, al menos por este año.

Iñaki Ugalde en Mundo Deportivo.

Debates estériles Clemente también ha querido establecer una especie de debate ficticio entre Urzaiz y Llorente. Algunos de sus comentarios respecto a la elección de uno u otro han resultado desafortunados. Los realizados tras el partido ante el Mallorca, por ejemplo. En aquella ocasión, el entrenador de Barakaldo cometió el error, admitido además por él mismo de manera inconsciente, de apostar de salida por el chaval en detrimento del veterano. Urzaiz, aunque tenga 34 años, es el delantero por excelencia del Athletic, sobre todo cuando se trata de jugar en San Mamés. La sonrisa de Ballesteros al concluir el encuentro de La Catedral fue ciertamente significativa. Clemente tampoco está excesivamente afortunado en sus comentarios respecto a Llorente, un jugador al que públicamente incluso le ha llamado 'Fernandito'. A nadie se le escapa que se trata de un chaval en plena fase de maduración futbolística, pero la forma de jugar que plantea el técnico de Barakaldo no se ajusta a sus características. Tampoco a las de Urzaiz, porque ninguno de los dos está lo suficientemente arropado dentro del terreno. Otro de los 'patinazos' del míster rojiblanco lejos del campo radica en sus constantes alusiones a la prensa. Craso error coyuntural, porque el comportamiento general de los medios de comunicación afincados en Bizkaia está siendo, dejémoslo en un diplomático generoso con el Athletic, ya que la situación clasificatoria del primer equipo es a todas luces inadmisible. Algunas actuaciones, además, se califican por sí solas. La afición de San Mamés es plenamente consciente de la delicada coyuntura por la que atraviesa el conjunto rojiblanco y una semana sí y otra también da signos evidentes de su compromiso y amor a los colores. Por otras latitudes, el entorno no suele ser tan amable ni con el entrenador ni con los directivos. Si se trata de remar todos juntos, como más de una vez se ha demandado desde el club, habrá que convencer a uno de los patrones de que la dirección a seguir debe ser la misma para todos. Si no, mal vamos.

Escribe Guillermo Estecha en Mundo Deportivo.

Undiano Guillermo Estecha Siempre me ha llamado la atención ver a los profesionales del balón echarle la culpa al empedrado cada vez que una decisión del colegiado les ha perjudicado. Que las malas decisiones de Undiano sirvan de parapeto para esconder las carencias propias es una actitud tan desconcertante como esa 'omertá' corporativa que rige entre los árbitros, donde los análisis abiertos sobre los aciertos y errores que nos ayudarían a entender mejor su labor, mueren siempre en 'petit comité'. Lo discuto con amigos que pitan y han pitado, a los que a veces he acompañado por los campos de Bizkaia para darme cuenta de lo complicado que supone ponerse el silbato en la boca y decidir en décimas de segundo. Uno de ellos me decía que lo peor que le puede pasar a un árbitro es darse cuenta de un error justo después de haber parado el juego y que no haya opción de dar marcha atrás. Algo parecido a lo que le sucedió a Undiano en el Calderón: vio el agarrón dentro del área, no lo consideró punible y no pitó. Sin embargo, el banderazo de su auxiliar le descolocó y le obligó a parar el juego. Entre que éste no cruzó el banderín, ni se fue a la línea de fondo y él tenía que desdecirse de su primera decisión, pasó lo que pasó. A Undiano le delata luego su rostro mirando al césped buscando el lugar imposible fuera del área. Uno de los colegiados más preparados de la Liga echó así a la basura un informe que llevaba de forma casi impecable. Lo peor es que ahora todo sirve para dar rienda suelta a cualquier tipo de comentarios, porque el Athletic lleva cuatro años sin ganar con el trencilla navarro, o para que otros se libren de mayores críticas por dejar escapar otra oportunidad inmensa de tocar la salvación con la punta de los dedos. Y van… Amigo Guillermo: no puedo estar de acuerdo contigo en varias cosas. Sí: es muy complicado pitar, decidir en una fracción de segundo, pero es muy fácil, el que no esté preparado, que no pite. Indiano vió la falta y no la quiso pitar. Y si no la vió, cuando el línea levantó la bandera, le pudo preguntar que era lo que había visto porque el no vió nada. Así de sencillo. Es cierto que los equipos tapan sus miserias con la actuación arbitral, pero tú sabes que el domingo fue determinante, y yo, que siempre apoyé y defendí lo buen árbitro que era Undiano, no puedo justificar lo del domingo. Simplemente, no.

atracado y hasta los mismísimos.

Vamos a ver como empiezo que todavía me subo por las paredes. Ayer, me costó dormir, eran más de las dos y media cuando concilié el sueño. Hasta ayer, confiaba en el tipo que pitó en El Calderón. Y lo dirré así porque así lo estoy. El próximo que me diga que el Athletic es el equipo de Billar, le doy una ostia. Así de claro. Hasta los cojones estoy de eso, y repito hasta los cojones, bien español y bien castizo como el Pupas. Que manera de palmar, que manera de sufrir, nos roban siempre, pues vamos a ser iguales. Estoy hasta los cojones de los árbitros, pero más asco me dan los que lo ven y no lo pitan, y Undiano, de intachable arbitraje hasta ayer, no lo quiso pitar. ¡No quisso! Y para no dejar a su línea en ridículo, sacó el penalti fuera del área. Es indignante, aberrante y todo lo que quieran. Lo de Valera a Llorente no tiene nombre. Y los de las faltitas al borde del área, tampoco. De ese tipo, de faltitas que no son, pitó 7. Las conté porque la primera casi al empezar me pareció raro en Undiano, pero ya sabía lo que hacía. Hasta que Torres les ganó a Prieto y Ustaritz, de gran partido hasta entonces, y remató a gol, la séptima falta inexistente, Undiano no vió cumplido su objetivo, y como del primer penalti nadie dijo nada, y en el segundo al línea se le levantó la mano por dignidad, y por el que dirán, pitó la falta fuera. ¿Y si hubiera entrado la doble ocasión de Urzaiz? ¿La habría anulado? ¿Y si Perea no le quita un balón a Yeste que era gol, lo habría anulado? Para que se sigan pasmando. Dañobeitia corre un balón. Leo Franco protege y la pelota se va. SIn llegar ni siquiera a un metro, Undiano pita falta por si se ha ido a Córner. ¡Que asco Alberto! De verdad, ayer me diste asco. Yo pensaba que además de buen árbitro, eras incorruptible. Pero debo ser gili`pollas, porque todos os vendéis. Para que no se arme revvuelo en Madrid, que es donde se escucha, porque en el resto da igual hacer ruido. Iban ya dos partidos con tres penaltis en contra del Atlético, y seguro que Sánchez Arminio te aconseejó que aunque fuera claro no lo pitaras que ya eran muchos. Hasta a lo mejor, el mayor falso de la historia y de Bilbao por más s´ñas, te aconsejó que le hicieras caso a Victoriano, que te iría bien. ¿Tendrás la conciencia tranquila? ¿Podrás dormir? Ojalá no. Y Ojalá el día del Zaragoza, el bonito ordenador te nande a Bilbao. Entoncees te acordarás. Nadie te tirará nada, no te preocupes, el fútbol y yo, estamos por encima de eso, pero tu madre y tu familia, llevarán recuerdos nuestros. Para que sepas que no perdonamos, que no olvidamos. Y me duele especialmente por ti. Te creía bueno, honesto y justo, pero veo que no. Que eres un falso chupasangre como todos, y que encima hay que reírte las gracias. Fuera de forofismos: todo lo que pitaste fue en conntra del Athletic, y además con descaro, tú lo sabes. Porque no te he visto pitar así de dirigido nunca, y porque cuando un niñoo bueno hace una trastada, se le nota en la cara enseguida que ha sido él. Por eso, como nunca habías atracado a nadie, se te notó en exceso. Ojalá te vaya mal, te lo mereces. Bienvenido al grupo de los ladrones, Alberto Undiano Mallenco. Y ahora, vamos a hablar de ti, Rubio. Venga, te lo digo para que seas feliz: nadie existe en el mundo que quiera al Athletic más que tú. Los demás lo queremos menos, tú el que más. Tu eres el más listo, el más guapo, y no puedes ser el más alto porque salta a la vista. Reproduzco un párrafo de Ortiz de Lazcano en elCorreo, donde te descubre: Llorente se quedó en el banquillo. Dice Clemente que la prensa desanima al riojano. Él no. No hace más que ayudarle con sus frases. Le llama «chavalito», «niño» o «Fernandito», advierte que «de momento no es nada», resalta que si llega a saber lo sucedido, no le saca de titular ante el Mallorca o, para acabar con la campaña de motivación, señala que «es la mitad de jugador que Urzaiz». Está claro. Son los medios los que erosionan la moral del joven atacante. Clemente no. Lo del sábado en Lezama, volvió a ser vergonzoso. Él es el mejor, los demás, unos mierdas. Lo peor de todo es que se cree tan listo, que hasta un tonto ya no se sorprende Pero Javi: si así ere felizz... te seguiremos el juego 5 semanas más. El planteamiento no estuvo mal, eso si es cierto, porque conociendo a Clemente y al Athletic, era lo justo. Me gustaron casi todos. Bien en su labor, destacó Casas en las subidas. Urzaiz y Llorente perdonaron, cierto es y hay que decirlo, los centrales salvo el gol, perfectos, Amorebieta, siendo Amorebieta, mal, justo, le queda grande la primera todavía, Lacruz disimuló como pudo que lleva una tempporada horrible, Murillo volvió a salirse en el pivote, Orbaiz si n aparecer en exceso, siempre dió buenos pases, Yeste jugó casi solo y volvió loca a la defensa atlética, y Andoni Iraola demostró lo bueno que es. Si, lueggo, Joaquín irá a Alemania porque quiere mucho la camiseta, pero vamos, ahora, ni punto de comparación. De todas formas, da igual. Un tipo como Iraola no puede sentir la Roja como la siente Aragonés. Deberían decirle a Luis que Franco se murió hace 31 años y que ya no hay régimen, y que los fachas no están muy bien vistos. Total, que tenemos a Aragonés, el más Españoll del mundo, Y a Clemente, el más Athletizale del mundo mundial. Los demás, simples e incultas personiillas a su lado. Y entre medio de todos nosotros, un nuevo carterista: se llama Undiano Mallenco. Próximamente lo volverán a ver. ¿Robará? o ¿será un angelito cándido, sonriente y bonachón que parecia? A sufrir, a seguir sufriendo, todo ello con la ayuda arbitral de Billar. Juro que doy una ostia, lo juro. Estáis avisados.

otro más, y otra menos.

Sí. Perdimos una oportunidad de casi salir. Sí. Merecimos ganar. Sí fuimos mejores, pero no pudo ser. Ayer faltó el milagro del final, pero el que los haga, ayer se encarnó en Prats y nos aguó la fiesta. Sí. También ayer nos miró un tuerto con las lesiones, pero hagamos un aparte en eso. Lo de Gurpe con Lafuente, hay que leerlo bien, y noo de forma futbolística, sino con el corazón. Gurpegui se golpeó porque fué al balón como un loco para que no entrara. Iñaki golpeó a Gurpe porque fué como un loco a por el balón para que no entrara. Los dos sabían lo que tenían que hacrer. Los dos se entregaron porque sabían que había que ganar, y casi todos lo entendieron tanto ayer, como hace unos cuantos meses. Por eeso vamos a sufrir, pero no vamos a bajar. Porque los jugadores nunca han bajado los brazos, porque saben lo que se juegan y a lo que juegan, y porque al margen dee sistemas, luchan por la gente y por la camiseta. Sí lo hacen, luchan por la camiseta. En Málaga la gente las tiraba. Es un símbolo de abandono, de hastío, de no creer, de bajar los brazos. En Bilbao no. Más camisetas, más apoyo, más gente que nunca, y de premio, entrega, esfuerzo, sufrimiento y corazón, mucho corazón. Una jornada menos, un punto más y a la misma distancia. Un traspies nos mete, sí, pero el equipo ya no se tambalea tanto. No pierde desde el fraude de partido de Sevilla, y da una sensación de seguridad, de saber estar y lo que se juega, y así puedes perder un partido, pero no la categoría. Y así, poco a poco, mientras la cordura de Manzano-Clemente imperaba en el campo haciendo las paces, Llorente jugó a otra marcha que el resto. Sí, llevaba dos meses sin jugar, pero también es cierto que juega en una marcha menor. Y ahora, que nos aproximamos a la línea de meta, Fernando, hay que pisar el acelerador a tope. Tú sabes hacerlo. A Clemente, mejor no le critico lo de Llorente. No estoy de acuerdo, pero le daré el beneficcio de la duda.

Jon aguiriano en el correo.

Raimundo Pérez Lezama (Barakaldo, 29-11-1922) fue uno de los 3.889 niños vascos que el 23 de mayo de 1937, a bordo del buque 'Habana', llegaron al puerto de Southampton huyendo de la guerra. Le acompañaba su hermano Luis. Raimundo tenía entonces 14 años y quizás por ello, porque a esa edad todo son aventuras, su recuerdo de aquellos primeros días de exilio sólo se condensa en imágenes y sabores agradables: el gran recibimiento de los ingleses, el pan blanco, los dulces de jengibre... En realidad, el desgarro de la separación quedó para su madre, que se quedó sola en Barakaldo con su hija pequeña y toda la incertidumbre del mundo. -«Mi padre trabajaba en La Naval, pero la guerra le pilló en Sagunto y no pudo volver hasta que terminó. Bueno, hasta que salió de la cárcel»-, explica Raimundo, en la sala de estar de su casa, en la calle María Díaz de Haro. (Ha quedado una buena tarde y el sol esparce destellos de plata en los viejos trofeos y medallas que relucen en el aparador. Al legendario portero rojiblanco le acompañan su esposa, Jone Ortiz de Mendibil, y Manu, su hijo mayor, al que quizás algunos aficionados del Athletic, los más veteranos, le recuerden en San Mamés, siendo un niño, sentado detrás de la portería que defendía su padre y surtiéndole de regaliz negro en los partidos más tediosos. En la sala también se ven algunas fotografías enmarcadas. Destaca la de Paula, la biznieta de Raimundo y Jone, su mayor consuelo tras la reciente muerte de su hija Nuria a los 44 años). Fue en Inglaterra donde el futuro portero del Athletic comenzó a jugar al fútbol con una cierta seriedad. Antes, en la escuelas municipales de La Felicidad y en los Salesianos, prefería la pelota a mano. Sus primeros partidos fueron en el campeonato escolar de Southampton, defendiendo los colores del Nazareth House, el orfelinato católico en el que él y su hermano quedaron internados a su llegada a Inglaterra. Que Raimundo acabara jugando de portero fue una casualidad. En esa decisión tuvo mucho que ver Toby Keller, un comandante de la RAF que le acogió como tutor. Keller era directivo del Southampton y vio pronto que su pupilo era un gato. Así se lo hizo ver a mister Parker, el entrenador del primer equipo, que no dudó en captarle para los juveniles del club. Debut contra el Arsenal El estallido de la Segunda Guerra Mundial precipitó los acontecimientos. Pese a no tener la edad reglamentaria, Raimundo sabía conducir y comenzó a trabajar como chofer del comandante Keller, al que un día -recuerda- vio llegar herido de uno de sus 'raids' por Francia. Eran tiempos duros. Los bombardeos alemanes arreciaban sobre Inglaterra. A pesar de ello, la Federación Inglesa decidió continuar con los campeonatos de Liga, aunque la mayoría de los equipos tuvieron que completarse con militares o exiliados. De este modo, con tan sólo 17 años, Raimundo Pérez Lezama acabó siendo el portero titular del Southampton y defendiendo sus colores ante rivales de postín como el Arsenal, contra el que jugó el día de su debut, el Manchester United, el Chelsea o el Fulham. -«Tengo recuerdos muy bonitos. La gente estaba sufriendo mucho, pero en el fútbol era feliz. Yo volví a casa en 1940. Vine en el 'Monte Banderas'. Mi padre estaba en la cárcel y la verdad es que había más peligro en Inglaterra que en España», recuerda Raimundo, que se trajo con él los sabios consejos de mister Parker, una nueva lengua bien aprendida y un regalo del comandante Keller: el reloj de cabina de su cazabombardero. «La pena que siempre he tenido es que no me traje la careta para gases asfixiantes que nos dieron», se lamenta. Lezama no se planteó seguir jugando al fútbol a su regreso a Vizcaya. Sólo pensaba en encontrar un trabajo para ganarse la vida. Su hermano Luis ya empezaba a trajinar en los fogones -acabaría siendo un famoso cocinero- y él debía hacer lo mismo. De nuevo, una casualidad volvió a colocarle debajo de la portería. -«Un amigo de mi padre sabía que había jugado en Inglaterra y me llevó a hacer una prueba con el Arenas. Probé y me ficharon. Todavía recuerdo aquel equipo: Lezama, Basaguren, Larrazabal, Salbidea, Tellados, Gochi, Landabaso, Campa, Larrondo, Bilbao y Ochoa», recita de corrido. La sentencia de Zamora La calidad como portero de aquel niño de la guerra recién retornado no pasó desapercibida. Tanto es así que, antes de acabar esa temporada, Lezama ya estaba fichado por el Athletic. Su debut en el equipo rojiblanco, sin embargo, se hizo esperar. Es fácil de explicarlo. La portería del Athletic tenía por entonces un inquilino joven y de enorme futuro: el getxotarra José María Echevarría. Había sido el portero menos goleado de la temporada 1940-41 -ahora le darían el Zamora- y los aficionados comenzaban a verle, ilusionados, como el relevo del gran Blasco. Echevarría, sin embargo, no tuvo suerte. Una grave lesión en un pulmón tras un fortísimo choque disputando un partido en Oviedo acabaría arruinando su carrera. Una tarde, recuerda Lezama, se lo encontró muy pálido en el vestuario de San Mamés. «¿Qué poco voy a jugar ya!», le dijo, antes de caer desmayado. -«¿Que gran portero fue Josetxu! ¿Y qué bella persona!», comenta su sucesor. Raimundo acabaría debutando con el Athletic el 27 de septiembre de 1942. Antes de ese debut, durante su campaña como suplente de Echevarría, el portero de Barakaldo vivió una situación curiosa. La anécdota no tiene desperdicio. Fue a hacer una prueba con el Atlético de Aviación y disputó tres partidos realizando unas buenas actuaciones. Ante el Toledo, por ejemplo, paró dos penaltis. El entrenador del Atlético, sin embargo, le despidió de mala manera. «El fútbol no se ha hecho para tí», le cortó. La cosa no tendría mayor trascendencia si el autor de esa sentencia disparatada no hubiese sido Ricardo Zamora. -«Se lo dije al año siguiente, después de la final de Copa contra el Madrid. Nos vino a felicitar a los vestuarios y le recordé lo que me había dicho. Se quedó callado». Raimundo Pérez Lezama dio un vuelco completo a la figura del portero que tenía la afición del Athletic. Hasta su llegada, todos los guardametas rojiblancos -y en general, todos los españoles- vivían mayormente en la raya de la portería. Eran gente seria y ortodoxa, de grandes reflejos y una magnífica intuición. Con Lezama, en cambio, comenzaron a verse en La Catedral las salidas fuera del área, los saques a botepronto y los saques con la mano. Fueron tres innovaciones que no sólo le dieron una gran notoriedad sino que tuvieron mucha influencia en el juego del equipo campeón de Juanito Urquizu. -«A botepronto le pegaba mucho más lejos que otros porteros y eso era una ventaja para el equipo. Y sacando con la mano, casi siempre a Nando, podíamos empezar la jugada sin regalar el balón»-, explica. Lezama, en fin, arriesgaba mucho más de lo que lo habían hecho sus predecesores Ibarreche, Rivero, Vidal, Ispizua, Blasco, Echevarría y demás. Por regla general, este plus de riesgo no creaba ningún problema. Todo lo contrario: Lezama era indiscutible en el once rojiblanco y la grada le echó de menos las tres o cuatro veces veces que cayó lesionado de su rodilla izquierda. Ahora bien, todos los grandes escribanos ejecutan su ración de borrones y los de Lezama solían ser tan aparatosos -salidas al vacío o inesperados excesos de vista- que acabaron teniendo su nombre: 'lezamadas'. -«La peor fue una en Alcoy. En una falta mandé quitarse a los de la barrera, me la colaron y nos eliminaron de la Copa»-, recuerda. Todo un palmarés Otras veces, sin embargo, sus actuaciones fueron decisivas en la consecución de títulos. Quizás la más famosa de las suyas fue la de la final de Copa de 1943. El Athletic había ganado la Liga y se disponía a completar un doblete memorable ante el Real Madrid. Si fue posible ello se debió a que Lezama, en su primera final, detuvo todos los ataques merengues «con sus paradas y sus filigranas», como escribió un cronista. No salió a hombros de milagro. -«Es el partido del que mejor recuerdo tengo»-, reconoce Lezama, cuyo acceso a la titularidad en el Athletic no pudo ser más próspero. Ganó una Liga y 3 Copas en sus tres primeras temporadas. Luego llegaría otra Copa, la de 1950 y, ya como suplente de Carmelo Cedrún, otros tres títulos más, la Copa del 55 y el doblete de 1956. En total 2 Ligas y 6 Copas, un palmarés que le convierte en el futbolista vivo del Athletic con más títulos conquistados. Y de los muertos, sólo su amigo Piru Gainza, con una copa más, le supera. Aparte de los títulos, el portero baracaldés guarda otros recuerdos imborrables: la gira por Marruecos en 1945 y los 5.000 regulares de Larache desfilando para ellos; el primer desplazamiento del equipo en avión -fue en 1949 y Nando decidió quedarse en tierra antes que volar a Málaga en aquel trasto de Iberia-; la magnífica impresión que le causó el fútbol de los argentinos Newell, San Lorenzo y Racing durante los amistosos que disputaron en la Navidad de 1949; su único partido internacional con la selección española ante Portugal; los clavos de los tacos de Puskas abriéndole la frente como una navaja; la magia de Czibor conduciendo el balón... Si hay algo que echa de menos, de todas formas, es la ceremonia que repetía antes de los partidos en San Mamés. A mediodía comía un caldo, una tortilla francesa y un plátano. A la una se tomaba un café y descansaba un poco. Bien repeinado al agua, a los dos y cuarto cogía la maleta -llevaba en ella su jersey de lana de cuello vuelto, el pantalón, las rodilleras y las botas- y se iba andando hasta el campo.

Miguel GOnzález Sanmartín en El Correo

Y añado yo, el escritor de este blog, que al margen de suscribir punto por punto todo lo que a continuación se puede leer, (por eso lo publico), Clemente saca pecho porque nos vuelve a sorprender, porque se cree más listo que los demás. Ese es su máximo pecado, tratarnos a los demás como inferiores a él. Puede que parte de la prensa se crea superior a todos, y si no les ríes las gracias ya no eres su amigo. Pero Clemente no ha cambiado, y lo peor de todo es que todo lo que hace es por llevar la contraria, simple y llanamente. Afortunadamente y gracias a Dios, tiene el santo de cara, porque si no, estábamos peor que el Málaga. Clemente parece adicto a un juego de las sorpresas que no todo el mundo comprende. A él le reafirma. Seguramente se siente más listo que nadie cuando no le aciertan una alineación. Y, en efecto, hay que ser muy listo para predecir la ocurrencia de poner a Murillo en el puesto de Yeste. Una idea genial, en su opinión. Cada semana muestra una combinación distinta de veintitantos jugadores tomados de once en once, pero cargadas del lado de los defensas. Y, en cambio, no sorprende a nadie en lo verdaderamente importante, porque es ya proverbial, un estilo distintivo, una marca, un label, su contumacia defensiva. El partido de Vitoria fue como aquella pensión completa en la posada del dómine Cabra, donde los pupilos comieron una comida eterna, sin principio ni fin y, por la noche, cenaron todos y no cenó ninguno. El de Mendizorroza fue un partido efímero, como el de ese anuncio en el que el árbitro pita el comienzo y los jugadores se saludan camino del vestuario. Tan efímero como el pollo (un sueño) de Carpanta, como el jamón (un aroma) en los bocadillos de algunos bares, como el vermouth (un reflejo) en los dry martinis de los bebedores con lecturas. Se jugó a no jugar, algo tan viejo como el fútbol, el estilo que practican cada temporada, porque no les queda otro remedio, los equipos flojitos cuando se enfrentan a los mejores. En su afán de originalidad, Clemente ha inventando el 'concepto' de central polivalente, que es una variedad del cerrojazo de toda la vida. El entrenador no conoce, en efecto, al Alavés, como había declarado, puesto que lo confunde, por segunda vez, con la selección brasileña. Ya sucedió en la primera vuelta, cuando Lacruz deambuló como alma en pena por el centro del campo, tal y como le habían encomendado, buscando sin éxito a Pelé. No es verosímil, en cambio, que aspirase a la victoria con tantos defensas centrales, y con Yeste en el banquillo (confiemos en que no se trate de un recadito aplazado). Parece más probable que Clemente fuera a Vitoria sencillamente a empatar. A empatar a cero. Una apuesta poco valiente, pesimista, pero paradójicamente de riesgo, puesto que a un equipo tan defensivo le hubiera costado reaccionar ante un hipotético gol del Alavés. El Athletic hizo un buen partido ante el Osasuna. El público salió satisfecho. La critica destacó la contundencia de los centrales y la capacidad creativa de varios jugadores, Yeste entre ellos. Pues bien, la alineación de Vitoria supuso una refutación objetiva del partido anterior, un repliegue contrarreformista. El planteamiento dudaba de los centrales, puesto que se les enviaron numerosos refuerzos, y de los creadores, ya que se les dejó en el banquillo. La alineación de Mendizorroza no fue ingeniosa sino, por el contrario, una refutación del ingenio. Si no os gusta que juegue con cinco defensas - pareció decir Clemente-, voy a hacerlo con seis. Ése sí que es un contraste notable, el de las palabras y los hechos. Para acabar echando el cerrojo no hace falta ser tan valiente.

Una menos, y uno más.

Sí.Queda una jornada menos, y tenemos un punto más. Yo firmaba el empate y se consiguió. Otra jornada sin perder, y sin encajar. Un partido de colchón con el descenso, con la Real, porque hay que irse olvidando del Cádiz y sobretodo del Málaga. Pero... El Athletic defendió bien sí, con cinco defensas a un equipo que contra todo pronóstico, no atacó. Bueno, el lumbreras de Piterman había anunciado que prefería un empate. Así y todo, Clemente se curó en salud y volvió a quedarse con todo el mundo. Y llevo tanto ttiempo callando y escondiendo el comentario que ya no puedo aguantar más: que nos salve, le daremos las gracias bien dadas y que se vaya porfavor. No lo soporto. Me saca de quicio, me quita la ilusión y me hace sufrir en cuanto saccan la fotocopia. Ayer se cargó a Yeste. Porque sí. Porque me apetece. Porque para dos delanteros y Nené, pongo seis defensas y Orbaiz. Por todo eso, no puedo con él. Miedo me da el año que viene, donde no se le pasará ni una. Y ojo, le estoy tremendamente agradecido. Está cerca de hacer un milagro, porque lo de este año si se consuma es un milagro. Pero lo siento, yo no lo puedo soportar. ¿Quién será el próximo? ¿Quitará a Lafuente para poner a los de ayer más Lacruz? Ahora, luego dió igual que entrara Yeste, porque jugó horrible, pésimo como todo el Athletic. Porque el entrenador dijo que no había que perder, y ell equipo salió a eso, a no perder. Al margen del pésimo juego, no es malo sumar. La duda es saber si el domingo, vamos a ver al Athletic alegre de Osasuna. Ayer yo quería ver al Athletic alegre, pero el entrenador consideró que lo mejor era defender. Puede ser que todavía no seamos un equipo para permitirnos lujos, puede. Hemos salido del pozo pero no lo perdemos de vista, y hay que ser cautos, sí. Pero si el Alavés ayer tenía miedo, el Athletic también, y eso me dolió. Porque ahora ya hemos pasado la época del miedo. Ahora hay que tener fé, alegría y ganas. Las ganas de Vigo, la fé del día del Espanyol, y la alegría contra Osasuna. Esas cualidades no han salido de la nada, no han aparecido porque sí. El equipo las tiene y las debe de explootar, pero claro, si durante toda la semana, te machacan el coco con eso de "no hay que perder...", todo lo anterior se olvida. No critico esa decisión. Ya he dicho que firmaba el empate, pero yo, me esperaba otro partido, y lo de ayer, me defraudó, me desalentó. Porque esperaba el mismo Athletic de Vigo, y ese no fué el mismo Athletic. Pero démoslo por bueno. Y ahora a lamentarse. Vamos a perder a Aduriz para dos semanas si no es alguna más. La verdad es que se va a notar, y mucho. De largo el mejor de la temporada, y debutó en diciembre. Ya ven... Nos encomendaremos al espárrago...

Athletic osasuna: las notas

Lafuente: 7. Una noche tranquila con dos paradas de lujo. Expósito: 7. Bien por su carril. L. Prieto: 8,5. No dejó pasar ni una. Culminó la noche con un gol muy valioso. Ustaritz: 8: grandioso marcaje a Milosevic. De lo mejor de la noche. J. Casas: 7. Su mejor partido en la banda zurda en el Athletic. Que no sea un espejismo. Murillo: 7,5. Cortó destruyó y ayudó a los centrales. Otro partido bárbaro. Orbaiz 7. En el primer tiempo volvió a ser el Orbaiz de siempre. Mandón, con buenos pases y con acierto una noche extraordinaria. Iraola: 8. Volvió loco a Corrales. Fino en los centros y en las carreras. Yeste: 9. El mejor del partido. Participativo, con buenos pases y acierto, dirigió al equipo como él sabe. Etxeberría: 7. Todo corazón y velocidad. Desequilibró mucho. Aduriz: 8. Se le volvió a negar el gol a pesar de estar cerca. Lo ganó todo por arriba. Urzaiz: 4. Entró en la bronca con Delport y fué expulsado con justicia. Lacruz: 5. Cumplió bien en lo poco que jugó. Tiko: s.c. Sin tiempo.

la flor y lo de arriba

Voy a evitar hablar del sufrimiento aunque me es imposible decir, que cada partido lo es. Empezaremos por la flor. La que tiene Clemente y la que a Dios gracias nos tiene fuera de peligro. Partido contra el Cádiz, sale Guerrero y se va Aduriz. Nadie entiende nada, nadie en su sano juicio lo hubiera hecho a pesar que el del aAntiguo estaba muerto. El eterno capitán marca un gol olímpico que no conceden, pero sí el penalti. Clemente se libra. El domingo en Vigo me volvió (nos volvió) a sorprender, y eso que el rubio a estas alturas sorprende con poco. Un zurdo en la derecha y un diestro en la izquierda. Para volverse locos. Para decirle a Clemente vete a casa. Pero resulta que los cambiados de banda hacen junto a Lafu y a Aduriz que remata, la jugada del gol salvador en VIgo. Y Clemente y el Athletic, se vuelven a salvar del cabreo general y lógico por el cambio de posiciones y los experimentos cuando todo está tan mal. Clemente dejó a Urzaiz en Bilbao, porque la lógica decía que sería titular ante el Espanyol, rival directo en la salvación. Pues tampoco. En el banquillo y sólo veinte minutos con lo que el Athletic necesita el gol. Yeste lo (nos) vuelve a salvar. Así, con el gol de Yeste entramos en lo de arriba. Yo sí soy creyente, aunque cada vez me vuelvo más ateo. Sin embargo (aunque algunas veces rece durante los partidos), siempre pensé que los milagros en el fútbol no existían. Milagros o lo que sea. Pero ya estoy teniendo dudas. Van muchos ya: el de Orbaiz contra el Atlético, el penalti del Villarreal (aunque no entrara.... milagro), lo del cádiz y lo de ayer. Da que pensar. Hay que darle las gracias al que sea, peregrinar a Begoña (como en el partido de Mallorca en la primera vuelta), y darle las gracias al que ayuda desde arriba. Es el mejor del Athletic con diferencia. Soy optimista con respecto a algunos jugadores como Yeste. Ya no por el gol de ayer. Le siento más metido en faena, con ganas de buscarla, pedirla y tenerla en Vigo. Ayer, lo poco que jugó el Athletic fué gracias a él, y el equipo lo agradece. Porque descarga de responsabilifdad a otros, porque se echa el equipo a las espaldas cuando parece que Orbaiz (siempre incansable flaquea), porque juega con el corazón como todos, y porque tiene calidad. A raudales. Y eso se nota. Y eso, el equipo lo agradecee. Con casi media vuelta en primera, sabemos que Amorebieta está verdísimo. No tiene errores groseros como Tarantino o Casas, pero sale a tarjeta por partido. Ayer, Juanfran le ganó la espalda en el gol, y repito que aunque lo haga algo mejor que sus compañeros, es un sufrimiento total, cuando el tipo de turno arranca. Menos mal que Valdo casi seguro no juega el sábado. Otro apartado debe ser para Lafuente. El mejor en Vigo, de lo mejor ayer, tres partidos y sólo un gol. Reflejos, velocidad y actitud, aunque en Vigo tuvo un par de indecisiones. Da seguridad, y eso es lo mejor para una defensa tan pobre y blandengue como la nuestra. Y ahora Guerrero. Ya sabemos que no está bien. No tiene ritmo y se nota. Por eso, me parece vergonzosa la columna que Javi Núñez escribe sobre él en Deia. Sí estuvo lento, muy lento. Sí, estuvo impreciso y falto de ritmo. ¿Y Etxebe? ¿cómo estuvo Etxebe? Igual o peor. Guerrero la tocó, bien o mal pero la tocó. AL "Gallo" le pasaron cerca. Yel ejemplo no es para criticar al de Elgoibar, sino para significar que casi nadie estuvo bien ayer. Es fácil que Guerrero sea el blanco. Juega poco y se nota. No puede aportar lo mismo que los habituales aunque quiera. Pero aun así lo siguen mirando con lupa. Cuando no juega porque ya no es el mismo y no está a la altura. Cuando lo hace porque está lento y va en perjuicio del equipo. Duele. Duele y mucho. Porque la verdad, es que Guerrero noestá para titular, pero Joseba (aunque sea necesario), tampoco. Y si Joseba necesita minutos de rodaje, Julen también. Y vuelvo a reiterar que no critico a Etxebe. Lo quiero mucho y todos lo saben. Yo siempre lo ponndría porque a garra entrega y ganas le ganan pocos. Pero seamos justos con todos, y no midamos a cada uno con distinto rasero.

Jose Iragorri en Mundo Deportivo.

Detalles José Iragorri Hace unos días, Mendiguren confesaba en Radio Popular que durante la crisis de la temporada 95-96, la del ínclito Stepanovic, los jugadores aprovechaban para ir a Lezama en el día de descanso a hacer terapia de grupo e intentar buscar soluciones. Esta iniciativa ahora mismo se echa en falta en el Athletic. Al margen de la rutina profesional, no se programan entrenamientos voluntarios ni hay un día para la autocrítica. El equipo flirtea con el descenso sin que nadie esté dispuesto a dar un poco más. Y eso que Lamikiz era partidario de la jornada de ocho horas. La campaña está plagada de detalles responsables indirectos de bastantes derrotas. Por ejemplo, esos goles recibidos en los primeros minutos, varias expulsiones y penaltis sufridos en los momentos más inoportunos, algún tanto en propia puerta y, en definitiva, una serie de jugadas puntuales ante los que los leones no han sabido responder. Centrándonos en el partido contra el Cádiz, ¿sabía el joven Amorebieta que Megía Dávila es el 'terminator' del silbo con quince tarjetas rojas en trece partidos y una media de siete amarillas por encuentro? Hasta Iraola estrenó su casillero de amonestaciones. ¿Conocería estos datos el defensa de Iurreta? Va a ser que no. Pues nada, a repasar después del entrenamiento la estadística arbitral. Ese día le puede acompañar Orbaiz. Al navarro le vendría bien releer el reglamento para no olvidar que dentro del área sólo hay una falta directa: el penalti. Un gol de córner sólo se marca una vez en la vida. En San Mamés el anterior lo metió Kempes con el Valencia hace más de 30 años. A pesar de la rabia que le daría a Guerrero que su gol olímpico no subiera al marcador, más le duele que en el Athletic lleven cuatro años pasando olímpicamente de él

Sólo para corazones fuertes.

Me ha gustado esa frase y por eso titulo así. Me la ha dicho este mediodía mi querido amigo Luis Velasco: "si vas a San Mamés tienes que tener fuerte el corazón..." Ayer estuve a punto de ir. Sólo una gota de responsabilidad y de complicidad con mis oyentes me impidió ir. Desde lejos y sin poder prestarle la atención merecida sufrí, como todos claro. Durante la semana, me dolieron especialmente unas palabras de Clemente contra mis compañeros de la prensa: "desmoralizáis a todos, a la gente, a los chicos"... "Es hora de apoyar, no de criticar".... ¡Sois negativos".... Y esas retahilas que suelta el de Barakaldo para desviar la atención le fueron respondidas. Si la prensa fuera desmoralizadora, debería haber contado del partido de Sevilla, que los locales jugaron contra el filial del Erandio, o algo parecido, y se callaron. Si la prensa desmoraliza podría decir que el entrenador no supo reaccionar... Pero todo eso es antiguo. "Desmoralizáis al público"... Lleno en la Catedral, apoyo hasta la muerte aun sin recibir más que querer y no poder. Todo eso es el Athletic: eso sí ayer, provocado por el miedo al fracaso y por un cretino y repito cretino que dicen que es árbitro. Este sujeto, que nos echó de la final de la Copa del Rey por no querer pitar un claro penalti, este que robó cuatro puntos en sendos derbis ante la Real... Este cretino fué homenajeado ayer en San Mamés, junto a todo el colectivo de chupasangres e irresponsables que componen el estamento arbitral en primera división. Y no gasto más tiempo. Sí, el de ayer era un planteamiento valiente, en serio, lo apruebo y me gustó la idea, y cuando el Athletic se quedó con diez, la restructuración fué la lógica, al contrario que en Sevilla. El equipo tuvo miedo, mucho miedo, como la gente de la Catedral, pero estos últimos se lo quitaron animando sin descanso. Nada salió, nadie pudo con esa ansiedad que se reflejaba en Orbaiz, el conductor, el capitán de esa nave que no supo manejar. Y con toda esperanza perdida (porque si en noventa minutos sólo tiras dos veces a puerta no lo vas a marcar en el descuento), el tiro del ídolo y un córner esperanzador. Gol del ídolo manchado por un defensa (olímpico por cierto), penalti (que gracias al cielo vió y pitó), y un valiente. Ése que se pone a llorar cuando lo cambian, ése que juró que no los tiraba más, ése lo pidió y ése lo tiró. Andoni Iraola quiso llenarse de ilusión, la que pone al jugar siendo un futbolista forofo, como lo hubieran hecho muchos de los aficionados en el campo. Él lo tiró y él lo metió. Y después, fué sincero: "tengo dudas". Y lo expresó, y otro con menos dudas pero igual de valiente le dió la palmadita en la espalda, y con una sangre fría espectacular dió tres puntos que son un milagro. En serio que el Athletic se levantó ayer de una estocada mortal. Todos o casi todos (porque al final el Betis decidió complicarse), ganaban, y la derrota hubiera supuesto perder la rueda del pelotón que huye del infierno. Allí donde parece que se encamina el Málaga, que está a más de un partido, allí donde nadie quiere ir. El Athletic estuvo tan ceerca, que lo de ayer es un milagro en toda regla. Queda mucho y el equipo sigue igual de mal, igual de atenazado, igual de nervioso. Falto de confianza, sin nadie que lo guie con goles pases o jerarquía, por lo menos está vivo, y eso ya es mucho. Y sigue con los demás en la pomada, casi todos igual de malos, casi todos ineficaces para escaparse. Vigo es un campo talismán, allí sacamos siempre algo, y esperemos que siga la racha, cualquier cosa será buena. Gracias a la gente por seguir creyendo, gracias a esas almas y gargantas que gritan y animan por mí. Gracias si es que alguiien desde ahí arriba hizo algo ayer. Gracias a todos. Y recuerde señor Clemente que si esto es desanimar...

suprema impotencia

A decir verdad, lo de ayer (porque me niego a pensar que fuimos realmente a jugar un partido), me da tanto que pensar, que no sé por dónde empezar. Empecemos por decir que no me gustaba mucho la idea de taponar las bandas, pero reconoceré que fué efectiva en parte. Hasta que el entrenador desordenó el equipo, el orden era la nota predominante en lo que a Amorebieta/Casas y Expósito/Iraola se refiere. Arrancó el partido lento, el ritmo que nos convenía, y sin sobresaltos hasta el penalti. ¿Lo fué? Con el reglamento en la mano, sí, pero ¿cuando cogen u aplican a rajatabla el reglamento los árbitros? Lo pitó y asunto concluido, porque (y podría serlo), no es eso ni mucho menos lo que me indignó. Y el Athletic, como hace casi siempre y pocas veces le sale, empató pronto. Porque los dos únicos tipos que pisaron el área del Sevilla durante toda la primera parte, se bastaron para empatar el partido. Y luego más lentitud y más teddio. A Dragutinovich (ex Standar de lieja ¿se acuerdan del 1-7?), se expulsó tontamente: sí se expulsó. Otra vez reglamento en mano, (pla primera por protestas y la segunda por codazo), debió ser expulsado y lo fué. A partir de allí yo vi la luz. Pensé que en el descanso Clemente movería ficha: primer error. Contra uno más y necesitados, el Athletic salió a verlas venir. Y encima a dejarle al rival el campo y la pelota. Y en el minuto once, el segundo. Con uno menos nos marcaron sí, para escarnio y humillación de jugadores y técnico, que deben repartirse las culpas de la derrota y la humillación de ayer. Porque cuando Clemente quiso reaccionar lo hizo mal y tarde a mi juicio. Etxebe entró por Prieto, valiente sí, pero provocó un desorden inmenso. Gurpegui se puso de central y Orbaiz sólo fué incapaz de controlar ni dirigir al equipo porque lo ahogaron los dos mediocentros del Sevilla. Aun sin Saviola (sin referencia) en la segunda parte, Clemente siguió por un tiempo con los dos interiores defensivos (porque ayer Iraola no se enteró de la fiesta en ataque.) Etxebe, un tipo que sale de una lesión, cambió de posición tres veces en once minutos, y con cuatro delanteros en el campo, el Athletic tiró una vez entre los tres palos en la segunda parte. Sin nadie que les subiera la pelota en condiciones mínimas, (ni colgar balones a la hoya supimos hacer ayer), el Sevillla vivió el partido más plácido de toda la temporada en su campo. Quedaron dos cosas claras ayer al margen del desbarajuste de cambios y posiciones. Todas las semanas, Clemente se dedica a armar la parcela defensiva porque es la peor línea del equipo, pero si se juega como se entrena, debemos de obviar la parcela atacante, porque sólo dos futbolistas mantuvieron una línea aceptable en la primera parte. En la segunda, no pudieron ni jugar. Yeste y Aduriz sacaron lo poco productivo del Athletic en ataque. La segunda es que desde el campo no hubo reacción. A nada. Ni un balón colgado, ni una voz elevada para decir ¡venga chicos arriba! Nada de eso. Los demás suman, el Athletic pierde puntos y resta ganas e ilusión. Así de claro y así de cruel.

Rivaldependencia.

Ya estamos otra vez, ya volvemos a las andadas. Si lo que planea Clemente para el domingo en Sevilla, es lo que ha estado entrenando estos días, volvemos de nuevo al error de jugar en función del rival. Clemente teme y con razón a Adriano y a Jesús Navas, por eso va a blindar las bandas: la derecha con Expósito e Iraola, la izquierda con Amorebieta y Casas. Personalmente no me preocupa mucho el brasileño, pero da igual que le pongas dos que cinco: Navas nos la va a liar, y siendo conscientes de eso, me pregunto porqué renunciar otra vez a lo único que sabe el Athletic que es atacar. No sé que le corre por la mente al "rubio", ojalá le salga bien porque de ello depende el Athletic, pero creo (y ojalá me equivoque), que se va a equivocar, y que lo vamos a pagar caro. Dicho esto, ojalá me baje los pantalones el lunes y le haga reverencias, ojalá.

Agur Jauna

Desde el jueves no paro de darle vueltas. Que decir, qué contar, como despedir desde aquí a Telmo. Desde el jueves revivo en mi memoria los dos momentos de mi vida que estuve con Zarra. Siempre me contaron cosas sobre él, quien más lo hizoo fué mi gran y recordado amigo Mauricio Astola Marcaida, Mauri para los amigos. Ahora, los dos juntos podrán saludarse de nuevo. Mauri siempre me contaba sus actuaciones en San Mamés, sus remates de cabeza, su gran personalidad, su bondad, su generosidad dentro y fuera del campo. El viernes, no pude reprimir alguna lágrima cuando Raimundo Lezama, Carmelo Cedrún y José Mari Maguregui, glosaban su vida en Punto Radio. La primera vez, cuando conocí a Zarra, me temblaron las piernas. Era el año 98, el Centenario del Athletic, el congrso de Peñas en el Parque Etxebarría. Zarra había sido invitado al Oye Como Va del mediodía, que por entonces aún presentaba Jose Iragorri. Yo también estaba allí, ya que debía intervenir en un momento del programa. Mi llegada a la mesa coincidía con la salida de Telmo y Jose hizo las presentaciones. Fueron treinta segundos: Zarra me había visto por la tele. Estrechó mi mano con fuerza y me dió la enhorabuena. ¿Zarra la enhorabuena a mí? Yo sólo articulé que mi amigo fallecido el año amnterior me había hablado mucho de él. No pude hablar más. Uno de esos nudos en la garganta me impidieron hablar. Dos años después, fué todavía ´´as emocionante todavía. El mítico periodista de Radio Nacional de España, Txelu González, y mi amigo Josemari Ortiz de Mendibil, me invitaron a una reunión de antiguos deportistas. Allí daba un cantazo terrible: el más joven de los presentes tendría cincuenta años, y yo por aquél entonces no había cumplido los veintitrés. Aquel día conocí al maestro de maestros, a Matías Prats, e inmortalicé ese momento con una foto donde me escoltaban él y Telmo. Es una foto que alguien me prometió enviar, y que nunca recibí ni creo que ya reciba. Aquél día, donde saludé a Rafa Iriondo, al boxeador Uzkudun y a un montón de veteranos deportisytas vascos, aquel día volví a charlar brevemente con Telmo. Matías Prats ya estaba gestando su Alzheimer, y como Zarra lo sabía no quiso perder ni un segundo en su compañía. En los cinco minutos que le robé, junto a Txelu Y Ortiz de Mendibil, el fútbol llenó la charla y el partido que el Athletic iba a jugar en Tenerife salió a la palestra. Luego llegaron los recuerdos de partidos antiguos y batallitas deportivas. Yo callaba y escuchaba, tampoco podía hacer otra cosa. Me despedí de los que pude, de Telmo el primero. Otra vez el fuerte apretón de manos y un abrazo que no se me olvidará en la vida. Se va un trozo grande de historia, inmenso, por todo lo que fué, por todo lo que significó. Por todo el cariño que dejó en todos los lugares de España. Le vamos a extrañar mucho. Yo por lo menos. Si preguntáis porqué, diré que porque me duele la historia, porque se va algo y alguien que ha palpitado el Athletic toda su vida, y que ha contribuido como nadie a hacerlo más grande. Zarra siempre se quedará. Nadie jamás podrá marcar treinta y ocho goles en una Liga, o por lo menos, será muy complicado. Pocos se acercarán a sus doscientos cincuenta y tres goles, y sólo alguien, ojalá que pronnto, meterá el gol que nos ponga más arriba del cuarto puesto en un mundial. Me hubiera gustado estar en Begoña para despedirle. Para darle las gracias por todo, para unirme con él en su último grito de Athletic. Desde donde quiera que esté, seguirá animando, seguirá palpitando y sufriendo el Athletic, como los que nos quedamos aquí. Se va un señor, se va un mito. Allá donde estés: descansa en paz. Agur Jauna.

El premio por la peregrinación

Algo había que hacer, y alguienn tuvo la brillante idea. Por ello le felicito. También a todo el que se rascó el bolsillo para pagar los autobuses. Me cuesta imaginar a Lamikiz sacando varios billetes de quinientos euros, pero le concederé el beneficio de la duda. Había que ganar y se ganó. ¿Merecidamente? No. Ni mucho menos, pero se ganó. Y se vuelve a respirar, otra válvula de oxígeno no va mal. Buena culpa de todo la tiene Iñaki Lafuente. Con sus cuatro paradas de mérito, sujetó a un equipo que se caía, que ni creía ni creaba ni llegaba, y así es muy difícil. Habrá que perdonarle a Etxeberría la inactividad, y a Yeste, habrá que perdonarle algo, porque volvió a estar ausente. Aunque es fácil la crítica, tiene una buena defensa. Apenas tuvo balón, y sin balón... El Athletic volvió a jugar mal, otra vez, a ser pesadamente lento, otra vez, a no dar tres pases seguidos, otra vez, y a desquiciarme hasta lugares insospechados, otra vez. Pero volvió a la senda del triunfo, y los 4.000 valientes lo agradecieron de veras. Porque ellos sólo qquerían eso (y yo), que el equipo ganara, y lo hizo. En situaciones extremas como estas, da igual como sea, pero esperemos que de una vez por todas, seamos capaces de encadenar dos victorias seguidas. Recibir más tarde al Cádiz en San Mamés fuera del descenso, será una de esas finales apoteósicas. Pero para eso, aún queda Villarreal y otra salida complicada. Vamos a disfrutarlo unos días, y luego ya se verá. P.D.: Este es un aviso para los vecinos: sólo a tres puntos del Athletic. Ojitoooooo.

Otro ejercicio de impotencia.

Perdón por no ser original, y copiar casi seguro la portada del Correo de mañana. Pero es que hay algunos que a estas horas, y después de ver el percal, no podemos ser más imaginativos. Y qué carajo: es cierto. Otro ejercicio de impotencia. Al Madrid le bastó 5 minutos para un genial pase de Zidane, y una nmejor definición de Robinho, y todo lo demás, una patraña de equipo. A pesar de eso, mañana leeremos a Trueba, Segurola y compañía diciendo que: "el Madrid sigue con su recuperación de juego... Zidane vuelve a ser..." y cosas por el estilo. De todas formas, no dirán lindezas sobre el Atthletic, porque no las hay. Sólo miserias. Porque el Athletic no ha pasado de la segunda velocidad, y no sé (o no quiero saberlo), si es por no saber o por impotencia: ambas me preocupan. Sí: hoy eché de menos a Yeste, y a Etxebe, sobretodo a Etxebe, que pone chispa y veloccidad a los partidos dormidos. Y en cierta forma, Dañobeitia lo ha intentado, pero está tan verde y con tan poca picardía que se las han robao todas (más de la mitad con empujones.) Orbaiz también ha querido ser la cabeza visible del equipo, pero esta vez conmo si Yeste le hubiera dicho: haz lo tuyo y lo mío, pero claro, Orbaiz es Orbaiz, y no se le pueden pedir peras al olmo. Para que los mejores del Athletic (a mi juicio claro) hayan sido el portero y Murillo, (uno de los defensas más criticados y olvidados por Clemente), se dice todo. Sin chispa, sin veelocidad, sin potencia, sin ideas. Por todo eso, el Madrid le ha ganado al Athletic, y no ha tenido ni que sudar. Porque aunque haya sido sin bajarse del autobús, los trses puntos se los lleva el de fuera, y quizá sea más grrave pensar, que sin hacer nada, pero nada, hemos vuelto a regalar tres puntos.