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sergiobrau

suprema impotencia

A decir verdad, lo de ayer (porque me niego a pensar que fuimos realmente a jugar un partido), me da tanto que pensar, que no sé por dónde empezar. Empecemos por decir que no me gustaba mucho la idea de taponar las bandas, pero reconoceré que fué efectiva en parte. Hasta que el entrenador desordenó el equipo, el orden era la nota predominante en lo que a Amorebieta/Casas y Expósito/Iraola se refiere. Arrancó el partido lento, el ritmo que nos convenía, y sin sobresaltos hasta el penalti. ¿Lo fué? Con el reglamento en la mano, sí, pero ¿cuando cogen u aplican a rajatabla el reglamento los árbitros? Lo pitó y asunto concluido, porque (y podría serlo), no es eso ni mucho menos lo que me indignó. Y el Athletic, como hace casi siempre y pocas veces le sale, empató pronto. Porque los dos únicos tipos que pisaron el área del Sevilla durante toda la primera parte, se bastaron para empatar el partido. Y luego más lentitud y más teddio. A Dragutinovich (ex Standar de lieja ¿se acuerdan del 1-7?), se expulsó tontamente: sí se expulsó. Otra vez reglamento en mano, (pla primera por protestas y la segunda por codazo), debió ser expulsado y lo fué. A partir de allí yo vi la luz. Pensé que en el descanso Clemente movería ficha: primer error. Contra uno más y necesitados, el Athletic salió a verlas venir. Y encima a dejarle al rival el campo y la pelota. Y en el minuto once, el segundo. Con uno menos nos marcaron sí, para escarnio y humillación de jugadores y técnico, que deben repartirse las culpas de la derrota y la humillación de ayer. Porque cuando Clemente quiso reaccionar lo hizo mal y tarde a mi juicio. Etxebe entró por Prieto, valiente sí, pero provocó un desorden inmenso. Gurpegui se puso de central y Orbaiz sólo fué incapaz de controlar ni dirigir al equipo porque lo ahogaron los dos mediocentros del Sevilla. Aun sin Saviola (sin referencia) en la segunda parte, Clemente siguió por un tiempo con los dos interiores defensivos (porque ayer Iraola no se enteró de la fiesta en ataque.) Etxebe, un tipo que sale de una lesión, cambió de posición tres veces en once minutos, y con cuatro delanteros en el campo, el Athletic tiró una vez entre los tres palos en la segunda parte. Sin nadie que les subiera la pelota en condiciones mínimas, (ni colgar balones a la hoya supimos hacer ayer), el Sevillla vivió el partido más plácido de toda la temporada en su campo. Quedaron dos cosas claras ayer al margen del desbarajuste de cambios y posiciones. Todas las semanas, Clemente se dedica a armar la parcela defensiva porque es la peor línea del equipo, pero si se juega como se entrena, debemos de obviar la parcela atacante, porque sólo dos futbolistas mantuvieron una línea aceptable en la primera parte. En la segunda, no pudieron ni jugar. Yeste y Aduriz sacaron lo poco productivo del Athletic en ataque. La segunda es que desde el campo no hubo reacción. A nada. Ni un balón colgado, ni una voz elevada para decir ¡venga chicos arriba! Nada de eso. Los demás suman, el Athletic pierde puntos y resta ganas e ilusión. Así de claro y así de cruel.

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