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sergiobrau

Palco de prensa: Cosas que cambian y cosas que no.

Casi me da vergüenza, respeto y otras muchas cosas ponerme a esscribir sobre fútbol, mientras Puerta corre por la banda entre la vida y la muerte. Te pasan demasiadas cosas por la cabeza y demasiados recuerdos: más que por el bien del fútbol y del Sevilla que siga adelante por su bien y el de su familia. Arrancó la Liga y hay cosas que no han cambiado nada, como el Sevilla que estuvoo unos 20 minutos KO, pero que supo golpear bien y certero cuando su rival le mostró los lugares donde más duele. Jugar toda la segunda parte con dos menos, y aguantar con la puerta a cero,, es toda una hazaña, ppero hacerlo contra el Sevilla es una utopía. Tampoco cambian los otros dos de Madrid: el Real juega poco y gana, y el Atlético sigue siendo incapaz de vacunar a su hermano blanco. Puede estar más o menos claro el favoritismo de uno u otro equipo, que el Madriid o gana o empata a un equipo mejorado del pasado año, pero que sigue teniendo el mal de la Madriditis: no hay forma de ganar. También sigue igual el Barça: acabó fatal la Liga hasta el punto de que la regaló, y pareciera que estuviéramos en la misma Liga, porque no ha cambiado nada. Ni siquiera el técnico, que no cambia a quien debe sino a quien menos se enfade, no vaya a ser que se alborote el gallinero nada más empezar. También parecen jugar en la anterior temporada el Murcia, el Valladolid y el Almería. Los tres ganaron a su estilo y a su manera, y ganar fuera de casa tiene un gran mérito para pucelanos y almerienses. Por el contrario, hay otras cosas que han cambiado, unas para bien y otras para mal. Por ejempllo, Lotina ha cambiado de equipo, pero pareciera que la sombra del juego de la Real le persiguiera. El baile de sencillez que le dio el Almería es más que suficiente para que "Loti" les haga una visita a sus dos hermanas monjas. Para bien ha mejorado el Athletic, aunque se quedó un poco en la segunda parte. Dejar la puerta a cero cuando hace dos meses llevaban encajados más de 60 goles, no es un mal inicio, a´ún más cuando tienes un central y un portero de jerarquías y un interior zurdo que hace pupa por la banda: pero no todo puede cambiar, porque no hubo pólvora en el remate, el Athletic le regaló un punto a Osasuna por los servicios prestados hace bien poco. Laa buena pinta que el Zaragoza mostró en pretemporada, debió quedarse en Albacete. En la Nueva Condomina, salió un proyecto de equipo, deslabazado, roto y sin ideas. Cerca estuvo de sacar un punto, pero en realidad, el sábado no supo sacar ni brillo. Nos hemos quitado el mmono de fútbol, pero nos queda demasiado camino por recorrer que debemos paladearlo poco a poco. ¡Que viva...!: la raza y la casta del Racing personificada en Munitis. El saber hacer de Unai Emeri. El trabajo de un incansable Joseba Llorente. El desparpajo del "Cun" Agüero. Fallaron...: Los cuatro fantásticos, sólo Mesi apareció a ratos. Guardado: no haremos el chiste fácil pero digamos que no tuvo el debut soñado. Matuzalén: no dio pases y sí patadas, por eso lo echaron.

La realidad del campeón de América

Otra vez, los árboles taparon el bosque y nublaron la vista a los xeneizes.
Boca no ha ganado ninguno de los dos partidos disputados en el apertura: el primero ante central, porque no tiene a Riquelme ni a nadie que se le parezca lo más mínimo, y ante Argentinos, perdió porque no tiene un solo defensa discreto, el único que quedaba, se fue al Getafe.
Son dos vías de análisis, que ojalá se resuelvan con las llegadas de Gracián y Paleta, pero que desnudan la realidad de un campeón vulnerable.
No quieren darse cuenta de que Neri Cardozo es un jugador vulgar, un niño mimado que presume de novia y de estar en la plantilla de Boca, porque hace 2 años que no le recuerdo un partido decente, y Marino y dátolo, no dan más. El primero porque no juega, el segundo, porque le han dado muchas oportunidades, y no hay manera de que explote.
Esos jugadores, sobran en Boca, y faltan como el colombiano Vargas, que se mata en cada partido y que tampoco contará para Ruso.
Lo de la defensa de Boca ya lo he escrito muchas veces: por arriba, son hermanitas de la carida, corriendo se asemejan a tortugas y cualquier rival valiente, los acobarda.
Hay que dar gracias a la dirigencia de Boca por haberse desprendido del único central potable que tenía Boca, y que voy a extrañar a rabiar.
Eso sí, al menos Boca tiene las cuentas saneadas, una plantilla y un entrenador, que algunos a los que apodan Millonarios todavía andan buscando.
En fin; el Apertura será para otro grande; El Ciclón, quizá el Rojo, pero creo que no será para Boca, aunque quede mucho.
Ahora: si llega Román…
Román todo le puede, aunque le pese a Labolpe.

Siempre seguiré tu "Magia."

No sé que carajo hago a estas horas aquí delante. En un rato cuando suene el asqueroso despertador, me maldeciré a mí mismo por nno haberme ido antes a la cama, pero es que como aquella noche que escuché al Diego en la radio y corrí raudo al ordenador para agradecerle por todo, así me siento esta noche. Quiero decir muchas cosas y no sé cómo hacerlo, por eso nunca llegaré a ser un gran periodista, pero me conformaré con ser uno pequeñito mientras la vida me haga estos regalos. Hoy he ido a una de las fiestas del décimo cumpleaños de “Lunas rotas”, algo que aunque no sea mío, siento como mío, y creo que los muchos que amamos aquel disco, tenemos un pequeño cachito de oportunidad para festejar. Ha sido más que un cumpleaños. Ha sido otro reencuentro con alguien a quien adoro, que me hace que me fallen las palabras y casi no sepa que decir. Me pasa siempre con la gente a la que admiro, o que idolatro, quiero decir tanto, y nunca sé por donde empezar. Como no soy valiente, pues nunca creo que el momento sea propicio, siempre me lo callo. Querría haberle dicho que gracias por todo, por su dulzura, por ser como es, por atraparme y hechizarme con sus versos, con su voz. Gracias por ser positiva, por reforzar esa parte positivista de mi vida, por hacer que cada día me levante con ganas de sonreír, por recordarme al igual que yo pienso que “lo que más vale en el mundo, no se paga con dinero.” Por estas y por un millón de cosas más que siento y ahora no me salen, por haberme hecho feliz durante dos horas, y porque a cada rato y cuando quiera, te tengo sólo para mí con abrir un disco, que lleva tu sello personal, y eso para mí, vale igual que uno o dos g goles. Quisiera haber podido compartir esto con mucha gente con la que me hubiera encantado compartir esta noche: con aquella que desde los Andes se muere por ver Galicia, por quien desde el Norte de la tierra azteca casi oliendo a yanqui, Dios sabe si estará o no estará, por quien ahora no piensa más que en que el 29 de septiembre haga un sol radiante para pasar por el altar, por quien habrá maldecido por el calor y por esas malditas setenta y pocas centésimas, por quienes me han dejado en el Hospital de Barbastro y han seguido camino a casa. Hubiera sido la mejor noche de mi vida, aunque quien sabe si alguna vez… Con los ojos vidriosos me dormiré, pero dormiré “a fuego lento” “contigo”, “a fuego lento” “si tú no estás aquí.” Pero sé que “si pongo corazón” las “Lunas rotas” y la “magia” de “aquel corazón” seguro que “sonríen”, y entonces “siempre de frente”, “soñaré.” Gracias por haberte metido en mi vida y en mi corazón, gracias por recibirme con los brazos abiertos, dos besos y una sonrisa. Gracias por dejarme un pequeño pedacito de ti de vez en cuando: gracias Rosana.

Raimundo Pérez Lezama

Hace unos días nos dejó otro de los grandes, uno de los 5 mejores porteros que ha tenido nuestro Athletic: Raimundo Pérez Lezama. Ni diré como era de jugador, ni su palmarés, porque eso ya lo ha publicado la prensa y no me gusta hacer un copiar y pegar. Tuve la bendita suerte de compartir unos minutos con él, de estrechar su mano, grande y potente para los 75 años que tenía entonces. Fue el año del centenario, allá por el mes de mayo en vísperas de un partido contra el Oviedo en San Mamés. Imanol Reino, reunió en el estudio de Radio Popular en el Parque Etxebarría a Lezama y a Karmelo CCedrún, en el programa nocturno Radiodeporte, al cuál tuve el honor de asistir, e incluso de sentarme a la mesa. Lezama y Karmelo me estrecharon las manos y me rodearon uno a cada lado. Mientras repasábamos la actualidad y la historia de los leones, me llené de Lezama y de Karmelo, de Karmelo y de Lezama, sin perderme una palabra, un gesto sonoro, una afirmación. Cuando acabamos y llegó la publicidad, fue el propio Raimundo quien me bajó del escenario que nos servía de mesa improvisada, mientras alguien en la lejanía ggritaba mi nombre: “eres famoso chaval”, me dijo, y me sentí ridículo al contestar que si yo era famoso él era un crack. Se rió y me volvió a estrechar la mano. Luego, junto con Karmelo, empezaron a poner a Iribar a caldo, que si de gran portero nada, que si todo cuento… “Este, este sí que era un gran portero”, decía sin parar Karmelo en voz baja, porque tampoco era cuestión de liarla con tanta gente en el stand. Ahora ya tenemos quien se ponga bajo la portería allá arriba. Les llevará la grata noticia a Telmo, a Venancio, a Panizo, a Piru, y a tantos otros que se fueron de que la peor temporada de la historia para el Athletic al final terminó bien. Que tenemos nuevo presidente, el menos malo de los que se presentaron. Que un nuevo entrenador parece que nos va a enseñar a defender, y que en Bilbao se va apagando por momentos la angustia que planeaba por el botxo hace unas semanas. Ahí va pues Raimundo, a jugar otros partidos, a parar otros balones y a alentar desde donde quiera que esté. Agur crack.

Chau Negro Canalla.

Mientras en Francia Le Tour entra en su etapa decisiva, y estamos viendo unas bonitas etapas, mientras Alonso y su grandiosa suerte triunfaban en Alemania, mientras cerquita Nadal era Nadal, mientras todos rezamos porque Román se quede en Boca, mientras todo eso pasaba, todavía seguían coleando los ecos de un viernes negro. Un biernes negro donde a los periodistas nos volvieron a matar el alma. Fue un viernes donde retornamos a tiempos ya casi olvidados pero muy recientes. Tiempos en donde algunos eran intocables y el ingenio se aguzaba para llamar dictador al dictador, e inútil al inútil. Pasados esos tiempos, volvieron a nacer los censores. Anda que no tendrá trabajo la fiscalía del Estado, para pararse a leer la portada del Jueves, que además de hacer reír o esbozar una sonrisa, decía toda la verdad. Si los que maltrabajamos debemos mantener a muchos, pero a unos que se apellidan Borbón siendo los primeros de la lista, resulta curioso que no podamos soltar una carcajada con ellos, que no contra ellos. Pero a pesar de esta patada de la Casa Real a nuestra libertad, el viernes ya amaneció torcido. En una casa de su natal Rosario, ese Negro que tuvo el pincel por lengua, aquél Canalla que nos llenó de emociones en el Área 18, quien deslumbró al mundo con sus viñetas casi mágicas, aquél a quien no le tembló la mano para hacer su último trabajo, nos dejó. El viernes despedimos a Roberto Fontanarrosa, ese irrepetible dibujante de novelas y escritor de viñetas. Así era. En sus relatos dibujaba como nadie su pasión futbolera, en sus viñetas, escribía y contaba la vida de la maltratada Argentina. Por suerte, su último relato quedará para siempre en el corazón y en la camiseta de Central. El Canaia, la mascota del Centenario de Rosario Central, fue el último trabajo del maestro para la entidad de su corazón. Allá donde te encuentres, recibe la oración y el cariño de alguien que no leerá nunca jamás tus viñetas, pero que admiró, admira y admirará tus dibujos relatados. Chau maestro, chau Canalla.

¡Bai bai bai!

Como todos los veranos, vuelve el hit veraniego de las tardes sabatinas y las mañanas dominicales, y este año parece que con fuerza, con sonido a campeón, con fuerza y olor a gloria. Porque aunque la temporada es larga y la cosa da muchas vueltas, al menos la Liga parece un mano a mano entre azules y amarillos, con permiso de Hondarribia. Me da pena tener que ir en contra de Aizperro, sabe que le aprecio pero desgraciadamente, aunque él esté en su equipo, está en la vereda contraria a mis intereses, así que espero felicitarle por el segundo puesto de la Liga. Esto es muy largo, reitero, pero hoy ya hemos puesto la primera bandera en la Bou, ya sabemos lo que es oler a trapo glorioso, y además, en un año donde nadie regala nada, y los llamados a formar la última tanda, andan belicosos y con fuerzas suficientes para plantarle cara a cualquiera. Te seguiré alentando desde aquí, mañana desde algo más cerquita a La Concha, y cada fin de semana desde casa. Mi corazón azúl no descansará, mi garganta siempre gritará el: ¡bai bai bai, Ur-dai-bai!

Nacional de Alicante: día tercero

Amanece el lunes y es el día de la gloria o el fracaso.

Sinceramente no estoy nada nervioso.

Desayunamos con la maleta hecha y nos vamos en las furgonetas al campo.

Madrid y Murcia llevan ya un rato jugando pero nadie pregunta como van.

Mientras algunos se ponen las espinilleras, (yo soy como Camacho), me embadurno en crema protectora.

Otra vez el vamos que podemos y el tapar a Adolfo.

Otro calentamiento más, y otro gusanillo en el estómago. El Niño es quien más anima, quien más cree.

Marcelo sé que cree también, pero nunca o casi nunca le escuchas decir nada, aun así le admiro porque siempre habla en el campo.

Justo antes de empezar, siento que necesito animar y motivar a Alferedo de alguna manera:

“Forlán, en un rato quiero llamar a mi madre y decirle que soy campeón de España ¿ok?”

Nos abrazamos fuerte, lo noto metido, motivado y eso me tranquiliza.

Empieza el partido y ¡oh sorpresa! Adolfo juega atrás en lugar de en el ala, y poco menos que Sevilla juega un 3-1.

Adolfo cae a la izquierda, pero casi nunca sube: Sevilla ha planteado el partido al empate a cero, buscando alguna contra o un córner donde Adolfo sí sube, y que no creemos jugadas, que ni siquiera tiremos.

El Niño es frenado por José Manuel en un penalti y manda un doble al palo. La primera parte pasa sin sustos en nuestra puerta, pero con pocos en la suya.

Nos quedan 25 minutos, tiempo de sobra para hacer un gol.

En la segunda parte jugamos algo mejor: Jose le saca un par de ocasiones buenas a los nuestros, el  tiempo avanza y de momento, Sevilla se sale con la suya.

Adolfo comete su cuarta falta, y poco después tiene que salir por un golpe.

Dominamos totalmente en ese momento, y justo cuando entra de nuevo Adolfo…

No recuerdo la jugada, nuestro banco estaba el más alejado a la portería de Sevilla y yo para colmo era el más alejado de todos.

A Urbano le habían expulsado del banquillo y el Gato hacía las labores del entrenador.

Oímos la pelota muy alejada, seguro muy cerca de la portería de Sevilla.

Yo no lo sabía, pero el balón rodaba, estaba en 4 metros… en tres… en 2… Estaba a punto de ser dominio del arrquero pero el Niño metió la pierna antes de que el balón entrara en área de portería.

Oímos desde el banquillo el grito ronco pero potente de Jordi: ¡gol!

Y aquello fue una fiesta.

Miguel aplastó al Gato que no hacía más que gritar ¡gol carajo! Hasta que su garganta no daba más.

Forlán, Rosado Zule y el Niño vinieron al banco y no había forma de que pararan de gritar.

Yo me desgañité diciendo que quedaban 6  minutos, que había que seguir igual, que ojo, que atentos, que no la podíamos cagar, pero creo que nadie me escuchó.

Los 6 minutos pasaron rápido para mí, hubo un tiempo muerto pedido por el Gato, parones en los 2 últimos minutos, pero el agudo silbato del mesa sonó, y cuando acabó el tercer pitidoo, ya estábamos  gritando ¡campeones campeones! En el banquillo.

Saltamos a la pista y lo volvimos a cantar, todos juntos abrazados.

Los que podían del equipo de Sevilla nos felicitaron, y también un gran tipo como es Carmelo se metió en la pista para hacerlo.

Escucho como alguien consuela a alguien, posteriormente me enteraré, que quien llora amargamente es Aurelio, El Bares, que no puede ocultar su pena.

En ese momento, mientras todos son felicitados y abrazados, me aparto un poco, y pienso cómo hubiera sido la cosa si nosotros no hubiéramos ganado, y qué derecho tengo yo a festejar cuando otros están jodidos.

Me acuerdo de mi gente, de todos los que hubieran podido estar, de los que están muy lejos de Alicante o de los que están ahí arriba, a esos seguro se les está cayendo la baba.

Carmen estará llorando, Ramón, sacando pecho y diciendo “ese 6 es nieto mío.”

José estaría repitiendo cada poco el grito del gol, y María estaría riendo con su risa cantarina.

Me pongo el antifaz para que nadie me vea llorar otra vez, como hace un añoo en Sevilla.

Volvemos a juntarnos para cantar, y no sé de donde sale la idea nii quien lo dice, pero contesto que no, que no tienen cojones a mantearme.

Cuando me agarran de brazos y piernas sigo pensando que es un farol, pero cuando empiezo a perder contacto con el suelo, me da que ya no hay farol: ¡me están manteando cojones!

Llega la entrega de trofeos, que no califico.

Es cutre, barriobajera, en la pista, sin micro, sin nada. Pero me da igual.

Marcelito recoge la Copa de Campeones de Liga y a los pocos segundos, ya está en mis manos.

Parece que nadie la quiere así que me la quedo y no la suelto.

Es un gran balón de fútbol, que esta vez no se ha roto, como dicen que pasó con la de hace dos años.

Mientras anuncian el trofeo, pregunto en voz alta si está rota, o si por el contrario sigue entera.

Van dando los demás premios pero yo, sigo con la Copa en la mano, la levanto, la aprieto contra mí.

Nos toca el turno de recoger el Campeonato de España, y todos salimos a por la medalla.

Llevo la Copa levantada y tras imponerme la medalla, nos hacemos la foto.

Cuando acabamos, bajo la Copa pero la base, impacta con la cabeza peluda de Zule: ¡menuda ostia le pegué!

AAl final, la Copa sale de mis manos porque nos hacemos una foto con las dos Copas en  el suelo.

Cuando vamos al vestuario, A Alfredo y Marcelo unos niños les piden la Copa de regalo y yo me rio por dentro.

En el vestuario empiezan los cantos y las duchas.

Curiosamente, al gran capitán alguien le quita la toalla y es muy gracioso como la pide sin descanso.

Al final consigue secarse.

Estamos medio afónicos de gritar, pero durante todo el camino en la furgoneta lo hacemos.

Álvaro y Urbano hacen sonar las bocinas. En la furgo donde van casi todos suena a tope el himno del Málaga: “Málaga la Bombonera…”.

En la nuestra, GIaco y yo no paramos de cantar el ¡Dale campeón! Y yo lo hago sacando la cabeza por la ventanilla.

Formamos un trenecito al llegar al hotel y cantamos los hits de la jornada mientras entramos al comedor.

Tras la comida, una buena charla en los sofás.

Junto al Niño repasamos el partido y nuestras andanzas en el Hattirck, y se acerca la hora de irme.

No tengo ninguna gana de hacerlo, aunque a eso de las 11 ya estaré en mi casa, pero me vuelve a costar alejarme de mi familia, de todo ese grupo de cracks desde el primero al último.

Durante la comida Urbano se ha disculpado conmigo, pero le explico que no tiene porqué hacerlo.

Sé perfectamente cual es mi rol, en qué lugar estoy y cuál es mi sitio, por eso, no me importa demasiado.

Me meto en el taxi con la medalla de campeón al cuello.

Al entrar a la estación, escucho que el tren va con mucho retraso y que hay que tomar autobuses en no sé donde.

Finalmente el tren no sale, se ha caído un puente en Aranjuez y nos van a llevar en bus.

Eso significa que no llego a Madrid a tiempo para tomar el AVE a Zaragoza, y que tendré que hacer noche en la capital.

Pero todo me da igual. La gente a mi alrededor rabia, protesta, se enfada pero yo paso. Soy feliz, eternamente feliz con mi medalla colgada al cuello, y no hay nada que me haga cambiar de humor.

  

Ha pasado casi una semana y sigo exactamente igual que en aquella estación de tren, feliz, contento, insultantemente alegre.

No se me quita de la cabeza el ¡dale campeón! Y a veces tengo que gritarlo para que me deje de repiquetear en la cabeza.

Estoy terminando de escribir y mi madre irrumpe en la habitación furiosa:

¿Tu has pedido una pizza?

No, yo no.

Bajo a la calle y el motero dice que lleva una cuatro quesos:

¡Joder, esa pizza es del Giacco! Pues ya se ha ido a Roma, así que espabila chaval, si has llegado a Huesca desde Alicante, iguall puedes llegar a roma.

De paso, por el camino de vuelta, te coges otra y se la llevas al Wiwi, ¡pero sin queso ¿eh?! ¡Una cuatro quesos sin queso!

¡Dale campeón!

Nacional de Alicante: día segundo

La mierdecilla de alarma del móvil de Zule me despierta a las 7 menos diez: ¡a menos diez!

Me espabilo enseguida pero me cuesta espabilar a Jesús.

Cuando lo consigo es casi la hora del ddesayuno y llegamos como 5 minutos tarde.

A pesar de ser temprano somos los primeros en entrar a desayunar. Como con ganas, la verdad, me sorprendo de tener hambre a esas horas porque no suele ser normal que coma demasiado a primera hora.

Otra vez jugamos los primeros.

En el vestuario y tras la charla de la noche donde todos nos lamentamos por lo sucedido pero cambiamos el chip, incidimos en lo de siempre: tapar a Pedro y ojo con las faltas.

La primera premisa… bueno, la segunda no hay manera.

La primera que coge es penal y el Gato inmenso lo ataja.

Es el que más quedado quedó ayer por el empate, aunque se lamenta, sé que por dentro se está acordando de toda su familia.

Creo que se siente algo culpable y por eso todavía le quiero más.

Le aplaudo la parada y las otras 2 que le parará, pero una no puede evitarla y como no queríamos pero así pasó, empezamos perdiendo.

Estuvimos demasiado obcecados  en golear, en querer hacer la jugada personal, en entrar por el centro y chutar que alguna entrará, pero no salían.

Por suerte justo antes del descanso, apareció Alfredo para puntillar un balón y empatar el partido y dejar las cosas algo mejores para nosotros.

La segunda fue un asedio y una tortura porque no entraba ninguna.

Por suerte y a eso de 10 minutos para el final, el Niño pudo meter el segundo y Marcelo ampliar con el tercero.

3-1: pudieron ser algunos más, César paró bien y mucho, pero debíamos conformarnos.

En el vestuario la cosa estaba algo mejor, pero nos apresuramos para ver el partido entre Sevilla y Madrid.

Me coloqué en uno de los laterales, donde más pegaba Lorenzo, y me olvidé de darme crema, cosa que comprobé a la tarde.

Junto a mí, Óscar, el Niño y Alfredo, que me exasperaron con cada gol preguntando en qué turno jugábamos al día siguiente.

Mientras Madrid y Sevilla se intercambiaban golpes y goles, los más madridistas del mundo mundial, grandes amantes del baloncesto, demostraron que les importa una mierda, y que sólo son del basket cuando gana el Madrid.

Yo ya lo sabía, pero cada uno representó bien su papel.

Lo pasé bien en la divertida discusión, donde el Niño dijo que Tuncery era francés (luego acertó que era turco), y no recuerdo el chirriante nombre que Alfredo le dio a Sekulic. Pero tampoco ningunoo de los dos, grandes conocedores del baloncesto blanco, supieron decir que Sergi Llull, era el tercer base. En fin…. ¡aficionadillos!

Madrid y Sevilla seguían a l suyo, Madrid marcaba, Sevilla empataba.

A mi izquierda, Alfredo era una simpática veleta:

¡gol de Aguilar! (por cierto, tremendo partido el suyo) y Forlán decía: “joder tío, Madrid tiene un culo tremendo. Yo ya sé que van a ganar porque tienen una flor tremenda. Qué puta suerte”.

Pero cuando empataba Sevilla chillaba como un loco y se venía arriba.

A Madrid, le pagaron con la misma medicina que nos había inyectado el día anterior: en 3 minutos, Sevilla le dio la vuelta al partido por 5-4 con 5 goles del inmenso Adolfo Acosta, y Madrid se retiró roto, incluso la reencarnación y el regreso de Fernando Hierro a las canchas: ¡lo juro, igualiito pero igualito que Hierro!

Entonces saltó la alarma y el cambio de rumbo: ¡no había que golear a nadie!

Si ganábamos a Sevilla éramos campeones.

Antes de comer, Adolfo y Raúl vienen a grabar imágenes a la habitación y descubren al gran Zulle, que se despacha con lindezas tales como: “el desamor, es una muerte en vida” o “el pene es tan educado que se levanta para que  se sienten encima…” ¡Genuino!

Adolfo y Raúl flipan, y se preguntan de donde carajo lo hemos sacado.

Tras la comida y otra decepción de Alonso (me jode más que los detractores y pesimistas lo celebren), Zule ya se ha quedado dormido.

Reanudo la lectura del Afgano, de Frederik Forsyth (autor que me recomendó Alfredo), pero al rato siento el sueño y me duermo.

Al despertar, compruebo con horror y placer que he dormido ¡2 horas!

Zule sigue durmiendo y llegará a su mejor plusmarca nacional en el torneo, 3 horitas de nada.

Entonces, al despertar de la siesta compruebo que me ha dado demasiado el sol, pero por suerte no me he quemado mucho, y juro que al dia siguiente me bañaré en protector.

El teléfono despierta a ZUle, es el Niño quien me llama para decirme si quiero ir a un centro comercial, y le digo que no.

Habíamos quedado para bajar a la piscina, pero ha habido algún cambio de planes y yo paso de salir.

A las 8, la tele graba la charla que hacemos en una sala del piso 11 del hotel, en ella uno a uno nos mentalizamos de que podemos ganar, y repasamos una y otra vezz el marcaje a Adolfo.

Salimos a cenar y Urbano nos hace la 13/14 y se larga con Carlos Campos: ¡que sepas que no te la perdonamos!

Vagamos sin rumbo algún rato, el Gato insiste que sabe por donde vamos pero curiosamente, aunque es cierto va cerrando el grupo de muchos ciegos, un perro y un bastón impertinente: ¿por qué no te lo guardás, Miguelito y te lo metés…?

Al final nos encontramos con el equipo de Sevilla, pero estos desaparecen y acabamos en una pizzería poco recomendable.

Tras mil horas pidiendo, y mientras WiWi insiste en que quiere una pizza sin queso, (grande este tipo ¿no?), a todos nos llega nuestro plato.

Pero no aparece la cuatro quesos de GGiaco.

Para colmo, Mario le sigue jodiendo cambiándole la cerveza por otra vacía que Miguel termina bebiéndose por accidente.

Casi cuando estamos ya con la pasta digerida,  la pizza de Giaco que encima tarda medio año en comérsela.

Nos separamos, y mientras más de la mitad se marchan con el gran Mario, el Niño GIaco y yo nos quedamos con Jordi (o según Alfredo Jorge), Álvaro y Óscar, con el que vuelvo a tener una pequeña discusión si hubiera pasado este marcador o el otro, y lo siento hermano pero aunque me quedé en Segundo de BUP con las mates, yo tengo razón.

Nos comemos un buen helado, por supuesto sin queso, y nos volvemos al hotel hablando del partido de mañana.

Zule está aún despierto, pero paso de él, me meto en la cama y mañana será otro día.

Nacional de Alicante: día primero.

Bueno, aquí estoy. Quizá con mayor retraso del deseado, pero no he podido antes. Han pasado ya unos días y sigo teniendo todavía esas sensaciones en el estómago, en el corazón, pero por si alguno no estuvo y para no chaffar la historia, intentaré no dar pistas. El sábado 30 amaneció demasiado temprano para mí. Tuve que decir que no a una buena fiesta pero el Nacional es el Nacional. Moi temor de quedarme dormido como la vez anterior finalmente no se cumplió, y a las 7.45 ¡si Javi sí, a las siete cuarenta y sinco!, partí hacia Madrid. En Madrid, las 2 horas de espera y lo poco que había dormido, me hicieron quedarme traspuesto en un banco más duro que un pan de medio kilo hecho hace un mes, cosa que confirma que soy capaz de dormir en cualquier sitio. La película en el Altaria que me lleva a Alicante es deplorable, y consigo dormirme a pesar de mis compañeras de butacas, que rajan sin parar y a pleno pulmón cerca de mi oreja. Lo primero que recibo al bajar del tren es una tremenda bofetada de calor, ¡tremendo! Lo segundo es ir en taxi al hotel, jugamos en hora y media. Urbano y el Niño no me cogen el teléfono, así que justo antes de dormirse, localizo a Alfredo: -“¿No lo adivinass?” me dice, y yo lo adivino. Arrancamos con Madrid y repetimos el calendario de Sevilla: Madrid, Murcia y Sevilla. No soy cabalero, pero ese calendario me gusta. Llego al hotel agrandado, con unas ganas locas de que llegue el partido. Cuando entro en la habitación, Zule se está preparando la bolsa para salir. Sólo hay una cama de matrimonio y en el viaje hasta la pista y posteriormente, habrá buen cachondeo con eso. Jesús y yo, también participamos y seguimos el juego. Hace mucho calor, muchísima. El calentamiento odioso, (esta vez no me digáis porqué, me resultó menos odioso), acaba pronto y me dispongo a chupar banquillo, cosa normal y lógica por otra parte. Empezamos supermetidos en el partido, el Niño se anticipa siempre por su banda y sólo falta que se enchufe Alfredo. Mientras está a punto de hacer contacto, Marcelo hace el primero de la tarde, y una tremenda emoción me embarga al empezar por delante. Pero dura segundos escasos: sacan de centro y Chapi nos la cuela, y otra vez a empezar. Tenemos un pequeño bajón. Quizá sea por el calor, por el tan tempranero empate o vaya a saber porqué, pero empiezan a dominarnos, y la cosa se pone mal porque Carmelo tras un saque de falta nos marca el segundo. En el vestuario siempre hablamos de esas jugadas, pero siempre nos clavan alguna. Vuelve a aparecer Rosado, son apariciones mágicas, descargas de adrenalina, velocidad y un olfato distinto y exquisito para marcar, y nos volvemos a meter. No queda nada para el descanso, pero Marcelo vuelve a descargar. Si la alegría es inmensa en el empate cuando el Niño se abraza conmigo, la del tercero es tremenda. EEn cada gol todos vienen al banquillo, y esa piña empieza a dar sus frutos. En el descanso sabemos que tenemos una parte del camino andado, hay que refrendarlo y muchas opciones de ganar el torneo pasan por ganarle a Madrid. Entramos desenchufados, pero Madrid aunque lo busca no crea excesivo peligro. Pero empatan de penalti, y otra vez me llegan algunas dudas. Volvemos a dominar un poquito, pero el tiempo pasa, avanza y no pasa nada. Pero el Niño y Marcelo vuelven a crear, a hacer magia, a jugar como el los dibujos animados, y a Marcelo no lo para en ese momento ni su novia, y mete el cuarto y somos un delirio en el banco. Y Antonio se pica, y se apunta a la fiesta y hace el quinto que nunca es malo, un golazo soberbio. Y se viene al banco para dedicárselo a GIaco (luego hablo sobre ti, fenómeno), y empiezo a calentar que ya queda poco. ¿Cuánto? 2 minutos. Madrid tiene un córner y tras él estoy dispuesto para entrar al campo. Me giro de espaldas para ir a la zona de cambios mientras sacan el córner, y no sé de qué forma pero el grito de gol fuertee y emocionado de Madrid me hace girarme otra vez: se jodió el cambio. Queda minuto y medio, no la podemos cagar, ¿Qué no? Sí, todavía la podemos cagar. Con 3 faltas a Zule se le ocurre la magnífica idea de hacer una en casi 7 metros, y Agapito, que está inspirado esa tarde en los penaltis nos empata. Y acaba el parrtido, y no lo podemos creer. Tiramos los penaltis por tirarlos, sin fe, sin ganas. Se los llevan por 0-1 y nos vamos al vestuario. El vestuario está cerca de parecer un funeral, los de fuera son los primeros que alientan, GIaco de los primeros y yo me voy sumando a la fiesta. El Niño y Alfredo que se ha jodido la mano algo dicen, los demás callan, hay pocas ganas de hablar. No queda otra que golear a Murcia y esperar a ver qué pasa. Salgo de los primeros del vestuario y degusto el primer helado de la tarde, algo hay que hacer para combatir el mosqueo. Recibo una grata sorpresa. Un equipo de Canal Plus que está preparando un programa para la próxima temporada está siguiendo al equipo en todo lo que hace en el torneo. Uno de esos miembros es Adolfo, quien me hizo hace unos añoos un reportaje muy chulo para El Día Después. RRecordamos eso y les explico como he llegado hasta el equipo. Luego lo cuento todo ante la cámara y las preguntas de Raúl. El Niño y GIaco ven el partido en uno de los laterales del campo, me dirijo a ellos y mientras vemos la ajustada victoria de Sevilla a Murcia por 1-0, intento levantarle la moral al Niño, y Giaco me echa una mano. Giaco es un muchacho italiano que estudió de erasmus en Málaga y que entrenó con nosotros, lástima que los necios federativos, no ppermitan la participación de gente que no tenga la nacionalidad española. Es un gran tipo y poco a poco lo voy a ir descubriendo. Camino del hotel sólo pienso en levantar la moral de los más bajos, los necesito a todos a tope para mañana, golear es vital, pero no fácil. La cena y luego cada mochuelo a su olivo. Siguen las bromas de lo que va a suceder en nuestro nidito de amor de la 405, pero esa es una duda que no pienso despejar…

¡Vamo a traer la Copa a la Argentina...!¡

Bueno, el cantito lo completo la semana que viene, porque en el fútbol saben que pasa de todo, pero ir a Porto Alegre con un 3-0 de ventaja, es la leche. Del miércoles hay mucho que decir, pero no quiero aburrir hablando de Román, Román y de Román. Volvió a ser el mejor, con otro golazo de tiro libre y el amo de la cancha, con la pelota y con sus compañeros. El miércoles destacó toda la defensa, en especial el paraguayo Morel, con ese toque de distinción que tiene para sacar la pelota y empujar al equipo, y Ledesma, ese Ledesma que pasó casi inadvertido para Basile, y que es junto con Riquelme y Caranta el mejor del semestre. No faltará quien diga que el primer gol de Palacio es fuera de juego de Martín Palermo cuando se la deja de cabeza, y cierto es, y que el 3-0 se lo mete un brasileño en propia meta, pero Boca fue inmensamente superior a Gremio, y sólo en la Bombonera, Libertad lo inquietó un poco. Sin ni siquiera estar a la mitad del rendimiento Marcelo Palacio, jugando siempre con Cardozo que ni rozó dos partidos decentes entre Copa y torneo local, con Clemente que no defiende ni sabe, con un Ibarra lento por momentos, y con un Banega demasiado joven para algunos partidos, aun con eso Boca ha peleado el clausura casi hasta el final, y está a punto de traerse la Copa a la Argentina… La próxima lo analizamos más, mejor y en profundidad, pero nadie, nadie le ha regalado nada a un Boca que entró de tapado a los octavos, pero que lleva siempre su chapa de campeón grabada a fuego en su piel, recuerden: vamo a traer la Copa a la Argentina…

La cruda realidad: sólo vale ganar

El domingo deseaba como un loco que la semana pasara volando, que hiciera ¡chas! Y fuera domingo nuevamente. Conforme ha ido avanzando la semana, la ansiedad se ha ido disipando, y la ha sustituido el miedo. Miedo a la verdad, a no querer ni creer ni reconocer que nos podemos ir a segunda. Creo que esto me hace estar más nervioso, más acojonado, más cobarde de lo que nunca he sido con un partido de fútbol. La siento tan cerca, tan próxima que me da verdadero pánico estirar la mano y rozarla, que me atrape en sus redes aunque sea por poco tiempo, 1 minuto o un año, qué más da. Tras lo del sábado sigo pensando que somos incapaces de ganar, que no podemos ni con nuestro alma, a pesar de que el optimista de Bilbao piense que vamos a ganar con la gorra. Miren si la cosa está clara, que el simpático Sariegi, dijo esta semana: “no sé cómo, pero vamos a ganar.” Y si no lo sabe el inteligente Sarriegi, ¿cómo quiere que lo sepamos nosotros? Urzaiz y Etxebe serán con casi total seguridad la pareja atacante contra el Levante, hay que tirar de experiencia y corazón para ganar mañana. Es sencillo y aterrador a la vez; ganar, ganar, ganar… La pregunta es ¿Podemos? La fe no la pierdo, pero Padre, quiero confesar: tengo miedo, estoy acojonao cien por cien. La fachada dice otra cosa, pero por dentro… Que todos los santos rojiblancos nos amparen, que lo vamos a necesitar. Aunque quede mal, lo digo porque ahora todo el mundo lo dice: ¡gora Athletic!

¿Adonde vamos?

Tengo encogido el corazón, está tan encogido que ni sufre, ni está triste, ni llora. Sólo se pregunta porqué hemos jugado andando, porque hemos jugado como si fuera un partido sin más, como en el Torneo Asegarce. Las 3 veces que he leído que “este es el partido de la temporada”, y siempre han jugao igual. Igual de mal, igual de paupérrimo. Ni asomo de morir con las botas puestas, ni una pizca de señorío, sin garra, sin fuerza sin nada. ¿Adonde vamos pues? Cierto que la primera media hora fue buena, cierto que el penalti fue riguroso, pero es que ellos metieron 3 goles, uno se lo dio Ramirez Domínguez y otros dos los regalamos, y no hicieron más. Lo más triste ha sido la imagen de la segunda parte: rotos, sin chispa, sin nada, ni un arrojo de garra, de furia, ni siquiera de rabia. ¿Adonde vamos pregunto otra vez?

¿Se apuntan a la fiesta?

Sí señores: llevamos desde agosto en un continuo carnaval, en una fiesta sin final que se repite domingo a domingo. Hace tantísimo tiempo que no veía una ciudad tan ilusionada, tan involucrada, tan metida que me hace sentirme orgulloso. Que decir de la temporada, de la plantilla, de la gente, sencillamente de diez, de sobresaliente, y realmente no hay quien nos pare, nadie que nos quite el sueño de subir, de jugar en segunda división el año que viene. Hay que reflexionar mucho sobre este cambio radical, tantas cosas han cambiado, que hemos pasado de los años 60 al siglo Xxi en un abrir y cerrar de ojos. Hoy da igual lo que pase: unos cuantos tendrán el merecido premio de jugar, y decidirán si quedamos campeones o segundos, y el lunes, el bombo dirá. Esta tarde le ponemos el punto y seguido, porque la fiesta continua.

Boca ya está en semis

Dicen que ganar a lo Boca es ganar sufriendo, pero ganar como Boca lo hizo en El Defensores del Chaco ¿cómo se llama? Fue un gran partido de Boca, quizá el mejor del año en el cómputo general, con algunos errores, pero bien pocos. Caranta ni se tuvo que duchar, la entrada de Daniel Díaz fue un bálsamo para la desastrosa defensa xeneize, hasta Ibarra y Clemente taparon bien. Y aunque lesionado, Riquelme jugó como Riquelme, con un gol bárbaro (riquelmeano) como él solo sabe hacer, (dedicado para Roig que lo ve por televisión), con un Palacio fallón que acertó en una para poner la puntilla, y con un gran Martín Palermo que estuvo de asistidor en el segundo tiempo. Todo esto con un Dátolo desde el banco que cada vez se parece más a aquel muchacho de Banfield, con un ordenado Ledesma y un flojito Banega. Así ganó Boca, a lo Boca de Bianchi, y ya está en semifinales de su torneo, de su Copa. Cúcuta parece asequible, y se define en casa, pero ojito con la altura y con confiarse ¿se acuerdan del Once Caldas? Pues eso. Y mientras tanto, Castromán, Labolpe, Marín, Pasarella y todo el gallinero… ¡lo ve por televisión! r

Cueste lo que cueste.

e hace complicao escribir los sábados, sobretodo si hace una semana que pasó el partido. Quedan pocas ganas de insulltar al cafre de Pino Zamorano, pocas ganas de llorar la mala suerte del remate de Murillo, de maldecir la suerte zaragocista con esos pepinos que se convirtieron en golazos. Poco queda ya de eso, pero sí las ganas que le echaron, el venirse arriba con lo poco que tenemos, el incansable trabajo de Yeste… Eso me hace concebir esperanzas para mañana. Pedía aquí que si perdíamos en Zaragoza, al menos no regaláramos los goles: de 4 solo regalamos el último, no está mal. Otra vez bajas en defensa y por una tontería, y además uno de los menos malos como es Expósito. Amén de quien deba jugar o no, mañana es la gran final, el ser o no ser. Puede que Villarreal o el partido contra el Levante vayan a marcar nuestro destino, pero mañana hay que ganar. Primero por lo clasificatorio, porque hay una semana de descanso que nos vendrá de perlas, porque puede que saquemos ventaja ante la Real (yo confío), y porque esta bendita y sufrida afición se lo merece. A lo mejor pido mucho, pero mañana hay que tener paciencia, juegue quien juegue, falle o no, mañana solo es momento de animar, de masacrar al árbitro con silbidos y gritos, (ojo, solo con eso), y de alentar hasta la extenuación. Ya llegarán luego los momentos para los reproches y para ajustar cuentas con esta plantilla, pero mañana, como los argentinos:”que ganar… tenemos que ganar. Cueste lo que cueste…”.

Cuestión de prioridades.

Anoche lo debatieron en la radio, pero yo estaba velando armas para el partido de la Libertadores y no sé que dijo la gente, pues dormía plácidamente. Lo que sí sé, es que querría yo si fuera del Atlético, o que desearía yo si en lugar de los colchoneros fuera el Athletic en su puesto y recibiera al Barça. Me da igual lo que me llamen, y por lo que pienso, no seré menos de mi equipo, pero al enemigo, favores ninguno. Yo lo tengo clarísimo. Tampoco debe ser descarado, pero si Eto.o marcara con un 0-0, me jodería, como todos los goles que meten a mi equipo, pero sería por una buena causa. Llámenme lo que quieran, pero así soy, esas son mis prioridades.

Hay otra chance

Lo de anoche en La Bombonera fue justo. Pues si bien Boca jugó mal, y no supo jugarle a Libertad, el 0-1 era muy injusto, y no porque los paraguayos no lo intentaran, sino que solo vinieron a defenderse. Ya se sabía, saben hacerlo perfecto, tienen un orden envidiable y pocos fallos atrás, todo lo contrario que Boca que es un desastre, aunque ayer no estuvo demasiado exigido. Curiosamente, la defensa estuvo bien, y Caranta fue quien la regaló: en lugar de agarrar la pelota, la manoteó y se la metió dentro, y solo quedaban 10 minutos. Antes, el concierto de pito desafinado del colombiano Oscar Ruiz, repartió casi siempre para casa, pero al final casi lo equilibra. Los paraguayos se llevaron alguna tarjeta de más, porque Palacio estuvo hábil a la hora de tirarse. Últimamente solo está hábil en eso, pues de cara a puerta todavía lo estamos esperando. Riquelme supo tirarse en el áreea cuando sintió el aliento del paraguayo, pero lo que sacó con picardía y desacierto de Ruiz, lo desperdició en una ejecución poco ortodoxa: suave y al centro. Ya van 3 penales fallados de los últimos 4, Palermo esta vez no se animó, pero el resultado fue el mismo: a las manos de Baba en este caso. Ruiz se equivocó, pues a Palermo le ahogaron el grito por un inexistente fuera de juego de Clemente, pero Martín es de los que no se desanima. 2 minutos después, cuando las manecillas del crono marcaban el 90, su hermosa, imponente y rubia cabeza conquistó la red, y dio la esperanza para la vuelta. Boca jugó mal, sin brillo, sin ser el Boca de las grandes noches, ni siquiera el de las medianas, pero lo importante es que está vivo,y que ganando el jueves en el Defensores del Chaco está en semis. MNo es fácil, pero tampoco es imposible.

Ponga solo 4 porfavor.

Utilicemos un momento el sentido común, y ojo, no piensen que con lo que diré ahora piense que Mané no lo tenga, pero si siguen leyendo creo que me haré explicar. El míster baraja poner 4 o 5 centrales mañana en La Romareda y creo que no hay discusión posible por dos poderosas razones: Porque en Huelva puso cinco atrás y ya vieron como nos fue. Sí, sacamos un punto, pero la Amatxu y San Mamés trabajaron a destajo contra La Virgen de la Cinta. Y segunda y creo que más poderosa todavía: si defendemos mal con 4, imaginen con 5, el riesgo se multiplica. Con 4 o con 5. la historia debe ser la misma: si nos ganan, que nos ganen, pero por Dios, que no los regalemos. Se los regalamos al Madrid y al Sevilla, y también en bandeja de plata al Depor, y no sigo para atrás que saldrá el Nástic y un largo etcétera. Además de preferir la defensa de 4, me pica la curiosidad de ver a Yeste de mediocentro. Seguro que si lo pone y sale mal, saldrán los que digan que porque lo pone, que no defiende, que está lesionao, y una larga lista de reproches. A pesar de que en parte tendrán la razón, hay que correr esos riesgos, porque él y sólo él, sabe como jugar la pelota ahora mismo en este equipo. El resto, son meras quimeras. Y esa es la pura y dura realidad. Tocará sufrir, y mucho. Otra vez maldigo los problemas en la semana de Josefa, me parece fundamental para este sprin final de la Liga. Ahora hablemos de ese maldito acojone que llevan todos en Bilbao. ¿Se nos ha olvidao quien somos? Cierto es que el optimismo debe ser poco tal y como están las cosas, cierto que se ven pocas soluciones, pero pase lo que pase, los perseguidores no nos cogen esta semana, pase lo que pase y en el peor dee los casos, el descenso se quedará a 1 punto. Ellos son los que se deben acojonar, y nosotros somos los que debemos dar motivos. Si las piernas y los pulmones no funcionan, al menos con cabeza y corazón podemos hacer algo, así que a por ellos y a muerte. Y a pesar de los pesares, y sabiéndome un iluso, mañana soñaré con la victoria, sufriré, animaré y apoyaré mientras mis fuerzas y mi garganta me lo permitan. En lo del apoyo, el corazón tiene crédito ilimitado, y por lo tanto no se gasta. Saldremos de esta, sufriremos pero festejaremos, y otros lo verán por televisión.

Y aquí seguimos 30 años después

No acudiré al tango que dice “que 20 años no es nada…” para cambiar el 20 por el 3’0. Me gusta más esa canción de Calamaro que dice: “si diez años después te vuelvo a encontrar en el mismo lugar, no te olvides que soy distinto de ayer pero casi igual…”. Y podría seguir recitando esa canción porque nos viene que ni al pelo. Hoy se cumplen 30 años del subcampeonato de la UEFA, cuando rezamos la gloria con la punta de los dedos, aquél día que Carlos Ruiz se empeñó en darle emoción a la vuelta contra la Juve. Ya llevaba yo dos meses en el vientre de mi madre por aquel entonces, y los únicos recuerdos que tengo son los que me contaron quienes lo vivieron, quienes estuvieron allí. Recuerdo un matiz de emoción en la voz de Koldo Agirre cuando me contaba las batallitas de aquella época. Aunque lo ha contado millones de veces, al igual que Carlos Ruiz y todos los que allí estuvieron, creo que siempre le aparece ese matiz de emoción. Estoy seguro que algún día volveremos, y que nos la llevaremos. Pasarán equis años, pero volveremos. La historia siempre te pone oportunidades en el camino, hace tiempo que no llegamos ni siquiera a la recta final, pero somos fuertes, y todavía quedan de aquellos que se saben el camino, y un puñado de jugadores que quieren volver a andarlo. No lo olvidemos. No fuimos campeones pero ¿y qué tiene? En Europa algún día lo seremos, porque nos llegará esa oportunidad, y ojalá estemos nosotros aquí para vivirla, para sentirla y para que la voz nos adquiera el matiz de la de Koldo, la de Rojo o la de Carlos para contarlo. Y otros… la verán por televisión, como siempre.

Horrores y Román

A Boca lo bailó Vélez anteanoche. Le ganó 3-1 pero pudieron ser más. También Boca se comió alguno (Palacio dos el solito, y los postes dos a Román.) Es cierto que Laverni fue antiboca: echó mal a Ledesma, Zárate estaba fuera de juego en el 2-1, y a Castromán lo debió echar cuando estaba en el campo. Al margen de eso, volvió a pasar lo de siempre: Que Boca es insufrible en defensa, agónico, horrible. Las dos bandas son un coladero: Clemente porque no sabe, Ibarra porque está asfixiado. Sólo Caranta es ajeno a esto y el miércoles fue el salvador, con increíbles paradas de mérito. Lo de Boca defensivamente, no solo fue ayer, estoda la temporada. Al principio, y sólo contra San Lorenzo el equipo fue un clamor defensivo. Más mal que bien lo fue disimulando. Pero las lesiones de Maidana y “El Cata” Díaz, han agrabado el asunto hasta tal punto, que Boca ha encajado 8 goles en los últimos 4 partidos entre torneo y Libertadores. Argentinos le hizo 3 de cabeza, Racing lo empató porque Boca es horroroso defendiendo, (amén de que Ruso colaborara sacando a Riquelme.) El problema defensivo de Boca, no sólo es en defensa. Ruso sigue encabezonado en jugar con Banega, gran futbolista de toque, pero muy verde, no defiende, no sabe y cuando roba, siempre es con falta. Es casi igualito a cuando debutó Gago. Ledesma se come su defensor, el que defiende Banega y los que entran por la banda de Ibarra, es increíble lo que trabaja ese chico. El ala izquierdo es un pasillo que invita a los rivales a recorrerlo. Ya dije, Clemente no sabe, ataca como los ánggeles pero no sabe (ya está fichado por el Espanyol), y Cardozo ni sabe ni quiere. Por suerte, Boca tiene a Palermo y a Riquelme. El primero, lo de siempre, falla las fáciles, y se inventa goles donde no hay peligro. Lleva 10 en el clausura y 2 en la Copa. A pesar de todos los horrores posibles que Boca forma en ataque, pagar por ver a Riquelme compensa todo lo anterior. Lo del miércoles fue ejemplar, porque al margen de los dos tiros al palo y su gol olímpico, supo que aun sin saber, debía defender, y fue uno de los que defendió. Defendió mal, sin saber, pero defendió a su manera. Aguantó el balón, durmió el partido y sacó faltas que desquiciaron al Fortín. Labolpe sacó ppecho por la victoria, pero Ricardo, quien pasó fue Boca, que te bailó en la bombonera, y aunque el baile de anteanoche baila bonito, Boca tiene al mejor bailarín de este siglo,: es Román, todos ailan al sol que él toca. ¡Y qué música! ¿Hasta cuando durará?