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sergiobrau

Palco de prensa: lo que cuenta es ganar.

A todos los entrenadores les preguntan más de una vez que qué prefieren: jugar bien o ganar. Todos siempre se van por la tangente, la mayoría dice las dos cosas, pero todos saben que todos, absolutamente todos eligen finalmente ganar. El único que ha ganado los dos partidos es el Madrid: sin discusión, con pegada y jugando al fútbol por momentos. Las comparaciones con el capellismo no han tardado ya en salir, pero es ventajista fijarse en eso. Quizá debería miirarse la metamorfosis de este Madrid de SSchuster, con el Madrid de SSchuster que hincó la rodilla ante el Sevilla en la Supercopa, como la noche y el día. El Madrid juega bien, y además gana. ¿O debería decirlo al revés? El Barça también gana, pero sin méritos para merecerlo. Ganar en tu campo con un inexistente penalti y un gol que no debiñó ser válido pues la pelota no entró completamente, no deberían tapar el horrible juego culé. La victoria sirve para que en esta semana de parón nadie hable de que el Barça no hilbana juego, que defiende horrible y que hasta el debilucho y convaleciente Athletic le puso en problemas en el propio Camp Nou. Tampoco mereció ganar el Valencia y lo hizo: con dos zarpazos, dos destellos de puntería y a tapar el runrún de la goleada en el derbi. Atlético y Zaragoza no arrancan: quizá sea por la terquedad de los inquilinos de los banquillos, que anteponen su ego y sus creencias a la realidad de sus plantillas. ¡Que viva…! Negredo: otro chico del Madrid con hambre, otro talento que los blancos desperdician y que al final terminarán por pagar. No sólo mete goles, sino que aparenta saber de qué va esto. Ronaldinho: zapatazo y a guardar, un golazo de los buenos. Guti: cuando quiere juega, y lo mejor de todo es que hace jugar. Fallaron: Mejía y Medina. El primero le dio al Barça dos inmerecidos regalos. El segundo se retrató a sí mismo como un mal árbitro, sin sentimientos y sin saber leer las reacciones de los rivales. El Atleta y sus extremos: 4 buenos peloteros por bandas, y muy poco que llevarse a la boca. Un lateral cuestionado por la afición, le salvó el cuello al mejicano.

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