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sergiobrau

Yo, de los ídolos

Quería hablar del Villarreal, de su milagro, de su gesta, de su importancia, de su valor. Pero todo lo que diga, lo han escrito ya, y quiero ser más original. No puedo hablar del partido porque casi no le hice caso. Sólo sé que cuando la empujó Arruabarrena se me escapó un grito en la radio anunciando el gol. A veces me han preguntado porqué me gusta tanto el fútbol argentino. Mi padre y otros muchos piensan que es por los narradores, pero estos sólo tienen un porcentaje muy pequeño de culpa. El fútbol argentino es pura pasión, como yo, y es muy dado a idolatrar, a sacar ídolos de debajo de las piedras. Yo soy de los que idolatran: por muchas cosas, por pequeñeces. Maradona porque sí, porque al que tenga más de 20 años y no le guste o sienta admiración por el Diego, no tiene perdón de Dios. Ziganda, (hago reverencias cuando hablamoss), Guerrero, (ídolo por su corazón, por su carisma, por ser Athletic), Zarra por lo que fué, por lo lo que habría dado yo por disfrutarlo, Laudrup por su fútbol exquisito, Román por ser Román, por ser único con el balón, Palermo, por llevar el gol en la sangre, Guillermo, porque palpita Boca segundo a segundo, Delgado, sólo por aquél gol en el Monumental, Abbondanzieri por ser más que un portero... Me dejo alguno seguro, como el Negro Ibarra, o Battaglia, o Arruabarrena. Me lo dejo a posta porque Rodolfo fué muchísimo en la historia de Boca, como hace 4 semanas escribí. Pero ha sido más que eso, ha sido campeón e ídolo con el Villarreal. Estar en la historia de dos clubes tan distintos y tan iguales a la vez, está al alcance de muy pocos. Por eso me encanta tener ídolos, recordarlos por sus gestas o por las alegrías que me dan. Y esos, por suerte, nunca mueren, y nunca see van.

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