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sergiobrau

La zurda indómita

Artículo íntegro publicado hoy en Deia.
La zurda indómita

Del Horno deja el poso de un lateral bravo con talante ofensivo cuyo paso por la Premier debe contribuir a su madurez

Igor Santamaría Bilbao

«NO ES justo lo que están haciendo conmigo ni me merezco la fama que me ponen». Es la otra cara de Asier del Horno (19-I-81, Portugalete), la de un jugador
capaz de arengar a la masa con su carácter y tan incomprendido como condenado ahora a madurar a orillas de Stamford Bridge. El único caso de la cantera
rojiblanca que dio el salto al filial sin pasar por el Basconia debutó en el primer equipo a las órdenes de Rojo en Riazor (9-IX-2000); y, en plena crisis
de laterales, pronto opositó a hacerse con los galones del veterano Larrazabal. Desde su prólogo como león se le exigió mayor sacrificio defensivo y corpulencia
(su tobillo le ha dado más de un problema); San Mamés no le pasó ni una y, en aquella primera temporada, el de Gallarta abandonó el campo ante el Villarreal
envuelto en un mar de lágrimas. No volvió hasta la última jornada, tres meses después, pero juró reivindicarse. Y bien que lo hizo.

Heynckes le abrió los ojos, empezó a tantear su calidad y le dio las riendas, erigiéndose en un defensa con innata facilidad para sumarse al ataque, especialmente
en acciones de estrategia, apareciendo en el segundo palo, destapando su poderío aéreo y su resolución. Vaya si lo ha padecido el Madrid, sobre todo Figo,
a quien ató en corto en sucesivos duelos, cuando la rémora de "Zurdi" (su apodo) reside en su irregularidad en la contención. No se equivocó de chaval
al escoger el esférico y aparcar las pelotas del frontón, donde se desenvolvía con idéntica fiereza, pero quizás sí en dar pábulo a las acusaciones sobre
su vida "desordenada", a raíz de una supuesta noche de fiesta en noviembre de 2003 (tras ganar al Espanyol), que le ocasionó (junto a Yeste) un castigo
deportivo y económico no oficializado.

Su respuesta fue el silencio ante la prensa durante tres meses en los que se jugaba su renovación, proceso que se dilató hasta el punto de romper unilateralmente
las negociaciones con la anterior directiva. La mejora sustancial de su ficha le llevó en febrero de 2004 a prolongar su contrato hasta 2007. «Podía ganar
mucho más fuera, pero prefiero quedarme», dijo entonces, sabedor de que a corto plazo le llegarían jugosas ofertas, también beneficiosas para el Athletic.
«Pido perdón, pero no todos se lo merecen», precisó ante los medios. Titular indiscutible y con una progresión palpable, DEIA ya se hizo eco del interés
que despertaba en el Chelsea en los estertores de un curso donde contribuyó a borbotones a alcanzar el billete de UEFA. Tanto se implicó que incluso se
prestó voluntario para ir a la pretemporada de Benasque.

Aragonés propició su debut internacional en setiembre de 2004 en un test ante Escocia. Y aunque su último ejercicio no ha sido espectacular, la pieza era
ya codiciada en el mercado. De nuevo otro rumor extradeportivo en vísperas de la cita frente al Austria provocó que callara (Valverde le apartó de una
lista sin estar lesionado recurriendo al joven Moya). Ese poso, unido a recambios como Casas, Tarantino o Amorebieta, han hecho más fácil la operación.
Buena para Asier y para el Athletic.

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