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menudos friquis

Friquis. Sergio Brau Monesma. Son como una plaga, primero refrescantes y divertidos, pero con el paso de los meses ya empiezan a tornarse aburridos. Finalmente cansan, desaparecen o sólo se les ve muy de vez en cuando, y con el paso del tiempo, son recordados en alguna charla entre amigos o imitados en alguna fiesta. Son esos friquis que al menos al principio te alegran la vida, nos dejan en nuestro rico vocabulario frases o expresiones hilarantes que utilizamos para cualquier cosa pues las ponen de moda. Tienen que aprovechar su momento de popularidad, hacerse notar, dejarse ver sin importarles si hacen o no el ridículo. Y para rizar el rizo, si empiezan a perder popularidad, intentan asociarse con algún otro de su especie, (nuevo o consumado), para alargar su agonía. Iñaki Badiola, presidente de la Real Sociedad desde noviembre porque nadie más se presentó a las elecciones, lleva una carrera extraordinaria para convertirse en uno de los friquis más famosos del fútbol, igualando al difunto Gil o a Manuel Ruiz de Lopera. Son tantas sus chapuzas y tejemanejes que no acabaría de contarlas, pero el teatrillo montado con un tal José González, por el supuesto amaño del Sevilla B Málaga no es que roce el esperpento, sino que lo supera. El primero, sigue dando bandazos, será muy buen gestor económico en China, pero aquí lo de la economía y lo deportivo no lo lleva bien. Quiere seguir engañando a la ya cansada gente de San Sebastián, que en dos años ha soportado un descenso de categoría y ha acariciado el ascenso perdiéndolo de una manera increíble. Por todo esto, que Badiola se dedique a fomentar esta patraña del amaño que nunca se produjo, se antoja a que se aburre, que necesita salir en los medios sin estar en primera, que le sigue encantando el protagonismo más absoluto, que vive para habitar perennemente en los medios de comunicación, si no con esta, con cualquier otra milonga. El recien llegado, José González, es un friqui de los auténticos: porque no sabe hacerlo y porque piensa y se cree lo que dice. Si le damos la vuelta a su argumento, podría perder su licencia FIFA simplemente por aceptar el amaño de un partido y al final, cuando le da cargo de conciencia no hacerlo. Suena tan absurdo que la verdad me da rabia que esto tenga algo de repercusión. La grabación con Lorenzo Sanz está trucada, pues nadie la ha escuchado en su integridad. La manejan a su antojo para que se escuche lo que quieren que se escuche. En este mundo de Segunda División, habitado por esta calaña, Armando Borraz va a llamar la atención y va a dar la nota por ser simpático, dicharachero y sobre todo, un tipo normal. Ya ven donde nos estamos metiendo, pero por suerte y al menos de momento, estamos vacunados contra todo lo friqui del fútbol.

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