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sergiobrau

Con Víctor y a la deriva.

Nunca, desde que falleció Don Alfonso, su hijo estuvo a gusto en la presidencia del Zaragoza. Por eso, no le extrañó a nadie que quisiera vender sus acciones. El como y con la ayuda de quién las ha vendido, ya importa poco, eso sí, recalquemos que aunque por lo visto no ha puesto un duro, el Gobierno de Aragón es de los aragoneses, y no de los zaragozanos. Ha llegado un nuevo entrenador, pero el máximo mandatario, Agapito Iglesias, quiere desmarcarse de tomar las decisiones, y de hablarles a través de la prensa, a todos los abonados y simpatizantes del Zaragoza. Por detrás, pulula carroñeramente, la presencia de un político (supuesto político perdón), que llama a los medios mendigando y patrocinando su candidatura a la presidencia del club de Agapito, y si eso sucede, tiemblen los cimientos de Aragón. Aquí me planto, porque si no, a lo mejor me vuelve a escribir una carta. Por otro lado, no estaría mal. Sólo recibo cartas y pagos del banco, y nunca está de más reírse un poco.

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