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sergiobrau

Cuesta abajo y sin frenos.

Así va el Huesca desde hace seis semanas, cuesta abajo y sin frenos. Lo del Narcís Sala fué un maravilloso espejismo, y menos mal porque si no, ya estábamos en promoción. El equipo cae en piicado. Las segundas partes se le hacen eternas, y cuando le golpean no reacciona. Por lo menos, a pesar de perder, antes sólo le golpeaban una, dolía mucho y se acababa el partido. Ayer, le diero cuatro piñazos, cada uno igual de fuerte, igual de noqueador, igual de implacable. Y el equipo explotó. Las caras, los gestos lo decían todo, y eso es lo peor, que no saben que hacer, que no saben por donde les regatean, que van a despejar una y tardan dos siglos. Y así, sabiendo que lo que viene por detrás es igual de pésimo o más, hay poco donde agarrarse a la salvación. Porque mi única esperanza de sujetar al eequipo está fuera. Carreño tiene problemas en la espalda, y lo necesitamos como el comer. Porque aunque no meta goles desgasta, abre caminos y las pelea todas. Eizaguirre no puede con todo. No sabe pelearlas, no sabe abrir hueccos, porque lo suyo es aprovecharlos, como el día del Villajoyosa. Con los centrales cansados y lentos como mulas, sólo mantiene el tipo el de siempre, el portero, el bendito portero. Y la Copa el miércoles es más una losa que una ilusión. Y el partido del domingo, vital. Para decirle al equipo que puede, que vale, que es infinitamente mejor de lo que dice la tabla. Habrá que hacérselo creer. Sola tiene trabajo, y del duro. A rezar.

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