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sergiobrau

Jose Iragorri en Mundo Deportivo.

Detalles José Iragorri Hace unos días, Mendiguren confesaba en Radio Popular que durante la crisis de la temporada 95-96, la del ínclito Stepanovic, los jugadores aprovechaban para ir a Lezama en el día de descanso a hacer terapia de grupo e intentar buscar soluciones. Esta iniciativa ahora mismo se echa en falta en el Athletic. Al margen de la rutina profesional, no se programan entrenamientos voluntarios ni hay un día para la autocrítica. El equipo flirtea con el descenso sin que nadie esté dispuesto a dar un poco más. Y eso que Lamikiz era partidario de la jornada de ocho horas. La campaña está plagada de detalles responsables indirectos de bastantes derrotas. Por ejemplo, esos goles recibidos en los primeros minutos, varias expulsiones y penaltis sufridos en los momentos más inoportunos, algún tanto en propia puerta y, en definitiva, una serie de jugadas puntuales ante los que los leones no han sabido responder. Centrándonos en el partido contra el Cádiz, ¿sabía el joven Amorebieta que Megía Dávila es el 'terminator' del silbo con quince tarjetas rojas en trece partidos y una media de siete amarillas por encuentro? Hasta Iraola estrenó su casillero de amonestaciones. ¿Conocería estos datos el defensa de Iurreta? Va a ser que no. Pues nada, a repasar después del entrenamiento la estadística arbitral. Ese día le puede acompañar Orbaiz. Al navarro le vendría bien releer el reglamento para no olvidar que dentro del área sólo hay una falta directa: el penalti. Un gol de córner sólo se marca una vez en la vida. En San Mamés el anterior lo metió Kempes con el Valencia hace más de 30 años. A pesar de la rabia que le daría a Guerrero que su gol olímpico no subiera al marcador, más le duele que en el Athletic lleven cuatro años pasando olímpicamente de él

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