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sergiobrau

Por enésima vez, los puuntos sobre las íes

Una piedra a la cantera La realidad contradice a Lamikiz, quien achaca la mala situación, entre otras cosas, a la falta de aclimatación de los jóvenes Igor Camaño Bilbao A EXPENSAS de comprobar cómo acaba esta novela de suspense (algunos dirán que de terror), el final de algunos capítulos es desalentador. Por ejemplo, el de la derrota ante el Málaga. El presidente Lamikiz escribió las últimas líneas de ese roto deportivo. Invitado en un programa de Televisión Española, el máximo mandatario del club buscó explicaciones en voz alta a la crisis que atraviesa el equipo. O mejor, el club. Lamikiz aludió en primer lugar a la marcha de Del Horno y Ezquerro. En segundo, a que los jugadores del filial que han ascendido al primer equipo no se han aclimatado a la categoría. El presidente sabe mejor que nadie de qué habla en el primer supuesto. Ambos futbolistas se fueron con él en el timón de mando. En cambio, los partidos y las actuaciones de los futbolistas que han subido al Athletic desautorizan totalmente sus impresiones. Si el equipo es hoy antepenúltimo no se debe, ni mucho menos, a las actuaciones de Ibon, Ustaritz, Amorebieta o Dañobeitia. Más bien al contrario: sin ellos, a lo mejor el equipo estaría más abajo y con menos puntos. La apuesta de Clemente por la cantera ha sorprendido a muchos. Los primeros, a quienes se quedan en el banquillo. Además de sorprender, también ha solucionado -al menos hasta ahora- los problemas surgidos por la marcha de Del Horno y Ezquerro. El traspaso del gallartino al Chelsea dejó un agujero en la banda izquierda que los repuestos fallidos de Casas y Tarantino -al menos hasta ahora- agrandaron. El equipo ha estado media Liga sin un lateral zurdo. Por esa demarcación han pasado cantidad de jugadores. Desde hace unos partidos a esta parte nadie habla de los problemas en la posición. ¿Por qué? Por Amorebieta. El chaval de Iurreta ha sido titular en los últimos cuatro partidos y nadie desautoriza su comportamiento. En su primera campaña en la máxima categoría -encima de aquella manera-, sus actuaciones han ayudado mucho a mitigar el recuerdo de Del Horno. Evidentemente, Amorebieta todavía no alcanza el rendimiento del gallartino, aunque tampoco el futbolista del Chelsea alcanzó en su primer año el mismo nivel que hoy por hoy muestra el chaval. Una cosa está clara: Amorebieta tiene presente y futuro. El ‘‘revulsivo’’ ¿Tiene alguna culpa Dañobeitia en este desaguisado? Ninguna. Todo lo contrario: su aportación se ha convertido en una baza para Clemente. El Athletic puede jugar a la contra con él: es el futbolista más veloz de la formación. No hay más que recordar su gol ante el Betis, la revolución que provocó ante el Real Madrid, su primera jugada ante el Getafe, que levantó a toda la grada... También ha tenido momentos no tan lúcidos. Como todos -unos más que otros-. Tampoco conviene olvidar que la temporada pasada jugaba en Segunda B, en el Sestao. Cuando se alude a un revulsivo para los partidos se habla de Dañobeitia. Por tanto, ¿problemas de aclimatación? Qué va. Ustaritz es el último en la relación de recién llegados. Sólo ha jugado tres partidos. Aunque es cierto que no lo pasó nada bien en su debut en Anoeta, no es menos cierto que su progresión es ascendente. En el encuentro ante el Getafe, en el que estuvo mucho más sereno aunque fuera su debut en La Catedral, se acercó a su verdadero nivel y efectuó un buen marcaje al peligroso Riki. Aunque el plano colectivo anule el individual, Ustaritz realizó un muy buen encuentro en Málaga. Los primeros minutos de la primera parte fueron casi perfectos. Y todo eso sin tener atado su futuro, porque el futbolista todavía no ha alcanzado un acuerdo contractual con el club. Tal como pinta la situación, el papelón que tienen los recién llegados es más que considerable. Por eso es más loable su rendimiento en el terreno de juego. Si hay que señalar a alguien por la actual situación no es a ellos. Eso, por descontado. Se supone que, como en cualquier empresa, la responsabilidad en el primer equipo rojiblanco será proporcional al sueldo. Achacar los males, aunque sea parte de ellos, a los jóvenes es injusto y, sobre todo, mentira. Otra vez vuelvo a suscribir lo que Igor apunta hoy en la edición de Deia. Y me sigo reafirmando que en lo que se refiere a fútbol, Lamikiz es un auténtico inculto. O no sabe, o lo disimula muy bien, y si sus decisiones han sido tomadas con la intención de mejorar al Athletic, la respuuesta es clara: la primera. Un auténtico “zoquete futbolístico”. Menos mal que los domingos a esa hora los niños ya están en la cama…

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