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sergiobrau

José Javier Esparza en el correo

El Consejo de Administración de RTVE ve hoy los presupuestos para 2006. La opinión pública conoce ya algunos extremos filtrados en los últimos días: la
deuda asciende a 7.560 millones de euros (casi un billón y medio de pesetas); el equipo Caffarell avanza nuevas pérdidas en 2006 de 800 millones de euros,
un 10% más que en 2005; los ingresos publicitarios caerán un 9,2%; los gastos de personal subirán en 21,5 millones de euros. Estos datos señalan que RTVE
sigue donde estaba: más gastos, menos ingresos, más deuda. Pese a ello, la Casa insiste en vendernos un futuro radiante y justiciero. Y eso, la verdad,
no es muy presentable. Todos estamos dispuestos a comprender, incluso con cariño, los quebrantos de unos gestores obligados a desbrozar la maraña espantosa
de una empresa con perfil de saurio, que no puede ganar más de lo que gasta, incapaz de calafatear el agujero financiero, donde uno cierra un hueco para
que el presupuesto no se escape y enseguida se abre otra ventana todavía más grande. El actual Gobierno no tiene la culpa de eso; tampoco el precedente,
ni siquiera los anteriores (o si se prefiere: todos tienen la culpa por igual).

Ante el enigma funesto de RTVE, esfinge caníbal, han fracasado lo mismo los artistas (Pilar Miró) que los pragmáticos (López Amor), lo mismo los blandos
(Castedo) que los duros (Calviño) o los tibios (Cabanillas). Podemos, ya digo, ser comprensivos con las cuitas de una gestión imposible. Lo que no podemos
tolerar es la palabrería, la retórica vana y los ejercicios de propaganda a costa de la inteligencia del contribuyente. No es serio, a estas alturas, hablar
de «herencia recibida», porque ese mismo argumento podrían esgrimirlo (y no han dejado de hacerlo) todos los equipos desde 1977. Ni es serio, tampoco,
decir que este será el último ejercicio condicionado por la deuda, porque eso no se lo cree nadie. No necesitamos excusas ni trasferencias de culpa, sino
ideas inteligibles. Y a este respect
o, ¿qué propone el Gobierno para reformar RTVE? Esencialmente, más subvenciones.

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