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sergiobrau

Un mono con una ballesta.

Esa es la impresión que da Lamikiz en la presidencia del Athletic.
Dice un gran amigo, que la institución debe estar por encima de los nombres, pero en el presente, hay que hablar de los nombres.
Y el peor es Lamikiz, con mucha diferencia.
Sólo le apoyo en la austeridad de las renovaciones, pero si escribiera de ello me desviaría del tema central. Restricción y rebajas sí, pero con inteligencia.
La última del ilustre forofo, es dejar en el olvido la gestión de Ugartetxe. Y para ello no le ha temblado la mano.
Primero Zubi, (necesario), luego Otxoa, y ahora Valverde. ¿Y Padilla? ¿Porqué no Padilla?
Volvamos a Valverde.
Ya hemos expuesto aquí las sutilezas de Lamikiz para hacerle la vida imposible a Valverde.
Hay muchas gordas, pero la cacicada de la Intertoto es imperdonable.
Nadie en su sano juicio lo habría hecho. Lamikiz sí, porque se da un aire Florentinesco, con toques gasparianos, que atufa. Y esto no es la primera vez que lo escribo.
Lamikiz se carga de un plumazo a un entrenador que ha llevado al Athletic a Europa, (6 años después), que ha oxigenado al equipo con futbolistas de la cantera válidos para primera, (que esto quede claro), y ha convertido al vestuario en una piña que está a muerte con él.
Todo esto se lo ha cargado Lamikiz de un plumazzo. Porque sí. Porque no me cae bien. Porque lo puso el otro. Porque fué cobarde y no se atrevió a decir en las elecciones que no quería al de Badajoz. Porque simple y llanamente, quiere controlarlo todo.
Y esto no ha hecho más que empezar. Sólo lleva 5 meses. Y el mandato es por 4 años.
Que Dios nos pille confesaos, porque de esto no nos salva ni el "que somos de Bilbao".

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