Un paso más, un día menos

Qué difícil es poner un título a lo que uno escribe cuando le vienen tantas cosas a la cabeza. Cuando piensas en los seguidores rojiblancos que en un día de labor se pegaron un viaje de cuatrocientos kilómetros a tierra inhóspita, tradicionalmente de mal fario para el Athletic. Cuando ves que esos rojiblancos, cuatro mil contando los llegados de Bilbao más los seguidores que tiene el Atlhetic en tierras castellanas, ponen una pica en el Estadio de la Pulmonía impidiendo que ni un solo estornudo rompa los gritos y goros de ¡Athletic, Athletic!. Cuando los jugadores de ese equipo tan ninguneado y sólo sacado del olvido de manera oportunista por parte de algunos se hace por fin consciente de su responsabilidad, de la camiseta que lleva y la gente a la que representa y de la estela que deme marcar dejando a un lado los titubeos y las congojas. Cuando recuerdas momentos pasados, hace tres años, con un partido épico en San Mamés contra el Real Madrid galáctico que hizo temblar de emoción los cimientos de San Mamés y quebrarse más de cuarenta mil gargantas enfervorizadas, que luego, una vez más resultaron quedar como un grito apagado, un lamento,un “Otra vez será”.

Y esa vez está aquí. Una ronda separa a los leones de volver a una final como hace 20 años en Madrid, donde un treinta de junio –día de San Marcial- se escapaba el último título que tocaron con los dedos en el Bocho, perdiendo contra el Atlético Madrid de Hugo Sánchez y un árbitro inefable, o una final como la del 77 en una tanda de penaltis interminable contra el Betis donde el maldito penalti fallado por Iribar impidió alargar más aún la sombra del Chopo.

Por todos esos recuerdos, y también por todos los felices que son muchos más el Atlhetic ha dado un pasito más en la Copa. Y sea este año o en cualquier fecha de aquí al final de los tiempos, ya queda un día menos para que la Gabarra surque las aguas de la ría.

El irunés escéptico