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sergiobrau

Envidioso.

En Camp Barça ha estallado desde hace un tiempo la guerra en la directiva, debido a la envidia y la rabieta de un miembro que no es directivo pero que actúa como si lo fuera.
Johan Cruyff, no sabe vivir sin meter las narices en una casa a la que dejó dde pertenecer hace tiempo.
Su salida fue por envidia, porque no soportaba ser menos que Núñez, y porque el constructor no soportaba la fama de “El Flaco”.
Ahora, desde la sombra, maneja los hilos del Barça porque Laporta come de su mano, y no soporta que parte del barcelonismo apoye al vicepresidente Sandro Rosell.
Ahora, Laporta y Rosell andan en una guerra civil permanente por la simpatía del barcelonismo.
Todo agravado por la envidia de un hombre, que no soporta estar en un segundo plano, y aunque sea en la sombra, (aunque a estas alturas ya se sabe todo) quiere tomar decisiones y seguir formando parte viva de la historia de un club al que le dió mucho, y del que no lo sacan ni con estropajo.

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