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sergiobrau

el que se va y el que vendrá

Se va el 2006. Ha sido un año de apretar y exprimir el corazón al máximo. El Athletic ha sido el mayor culpable. Ha habido partidos en los que hemos estado tan cerca de caer, que me dio un vértigo tremendo. Primero en el derbi y aquella primera parte tan nefasta. Luego la remontada, el empate agónico y la sensación desapareció algo. EN Santander había que ganar sí o sí, y fue casi en el descuento, con el gol de Urzaiz, el que nos dio fuerzas para creer en la salvación. Lo de Guerrero frente al Cádiz fue tan robo como premonición de que aquello tenía que salir adelante, y al final ganamos aquel partido. Ese y el del Zarqagoza, aquél 3 de mayo con la jugada que pasará al Olimpo de los Leones de Llorente. Ese regate estelar, de alguien de otro planeta, el agónico y lento remate de Yeste y las lágrimas en los ojos del Basauritarra. En los suyos y en los de los 40.000 corazones de león que estábamos en la grada. Boca regaló otro clausura, poco vistoso pero efectivo, hasta que al dictador Grondona le dio por aguar la fiesta Xeneize y quitarle el entrenador a un equipo que jugaba de memoria y que también ganó la Recopa Sudamericana. Luego, llegó lo increíble, lo impensable y lo imperdonable, y es que no se puede permitir perder un título como el reciente Apertura de la forma que Boca lo regaló. Clemente se coronó ídolo y un mes después villano. No quiero darle más que un par de líneas porque él es más que todos juntos, un ser superior, inimitable y más rojiblanco que todos juntos. Por eso aplaudió la salida del último cáncer que hemos tenido en el Athletic, y que tenía ojos y cara de abogado nacido en Busturia. Por eso despidió con una sonrisa en los labios a Sarriugarte (me dolió mucho pero fue lo correcto), y recibió con los brazos abiertos a Mané, quien volverá a ganar la Liga para el Athletic cuando lo salve del descenso, visto eso sí con los ojos del Rubio de Barakaldo. El Huesca me hizo sufrir hasta casi el final, y ahora me ilusiona tanto que no quiero darme el batacazo, soñar es gratis y lo haré, pero con un ojo abierto por si acaso, que me dan miedo las alturas. En lo personal, alcancé el sueño de ser campeón de España, de sentirme importante aunque fuera por un instante, aunque nadie sea capaz de reconocérmelo ni correr con los gastos de la ilusión de un (mal( deportista. Todo eso compensa los buitres y fantoches que gobbiernan la Federación de Deportes para Ciegos. Un politiquillo me quiso denunciar. Se ve que las verdades duelen, y si son verdades, todavía más. Es un tipo que pierde la fuerza por la boca, y que espero que solo le queden 5 meses de poltrona. El basket, deporte que mamé desde niño en los pabellones de la ACB, nos dió el regalo de sentirnos los Reyes del mundo, de sentirnos orgullosos de un país, de una camiseta, y de unos jugadores, contrariamente a lo que otros "niños de papá" no hacen y por quienes perdemos el culo en Eurocopas y Mundiales. Qué decir del doping y del ciclismo este año. Que las bicis me gusta y que me da pena todo lo que ha pasado, porque desvirtua y desmitifica todas esas tardes de sofá, de piscina gritando ¡vamos vamos!, de estar en la carretera tantas mil horas para verlos pasar... Tantas y tantas cosas tiradas a la basura sabe Dios por culpa de qué y de quien. Finalmente, mi querido Ziganda alcanzó el premio que se le negó como futbolista. Entrenar a Osasuna y en Primera, es todo un título, pero el más grande todavía espero que lo conquiste. Dos veces me cayeron las lágrimas sin poderlo remediar. Dos adioses inesperados, dos pérdidas irreparables. Guerrero ya no cabalgará más por las áreas rivales. Su rubia melena al viento ya no lucirá en La Catedral. Su eterno número 8, ya no será lucido por su espalda, pero lo disfrutaremos como Julen, como persona y como eterno león, haga lo que haga. Y a Telmo, el dueño del gol, de los rugidos de antaño, de las hazañas y las ilusiones de un chaval de pueblo. Ya fue un gran regalo conocerlo, estrecharle la mano y departir con él de la misma ilusión que nos unía: el Athletic. Por eso siempre quedará en mi corazón su voz ajada y ronca por los años, por los gritos de gol con el Athletic, por sus ganas de darlo todo por los mismos colores por quienes siento verdadera devoción. Por todo eso, nunca saldrás del corazón de los zurigorri. Y el 2007... ¿Quien sabe lo que traerá? Lo contaré, mientras me dejen. Ya saben que callarme es difícil. Gracias a los pocos o muchos que os pasáis por aquí. Gracias por compartir conmigo mis ideas, mis pensamientos, mis ilusiones, mis tristezas, mis alegrías. Cada vez vais viniendo más, y la última incorporación me ha dado mucha alegría. Algún día escribiré sobre aquellas batallitas de hace unos añios que jamás olvidaré. Gracias a todos, que el 2007 sea propicio, benévolo y que nuestro corazón bombee mejor, que falta nos hace. Salud y paz a todos: ¡Gora Athletic! ¡Dale Booooo!

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