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sergiobrau

Llorando por el ídolo caído.

He asistido varias veces a ver jugadores llorando en el terreno de juego, pero siempre cuando ya no quedaba nada, cuando el árbitro de turno había pitado el final. Hoy Román se ha quedado helado, petrificado, de piedra cuando ha tirao el penalti, porque sabía que no entraba. Y con él, se han quedado paralizados, petrificados, hundidos, varios millones de espectadores. Hoy el ídolo no sólo ha caído, sino que ha provocado la caída. Los grandes ya se sabe, aciertan y fallan, y tan grandes e importantes son sus aciertos, como reprobrables y definitivos son sus fallos. Nada puede reprochársele a Román y al Villarreal. Contra los portugueses lo metió y hoy no. El partido ha sido sencillamente brillante. Henrry ha tocado 4 balones, Cesc sabíamos que jugaba porque estaba en la planilla de los onces titulares Ha sido un partido soberbio de los de Pelegrini, y cuando todo parecía perdido, ha llegado el penalti a Josemari. Luego, ya lo saben, nada más hay que añadir. "El Torero" y los suyos, han caído con guapeza. Después de unos años pocos recordarrán el partido, pero a mí no se me olvidará en la vida. Son de esos partidos que te marcan. Que los vives mucho más de lo que debieras porque el ídolo (los ídolos que jugaba el vasco), están en el campo y lo dan todo. He sentido las alegrías de Riquelme como propias, a veces, han sido las mismas y con y por la misma camiseta. Pero hoy, el dolor del "Toretro", su rabia, su angustia, su parálisis, también la siento como propia. Te levantarás de esta, maestro, lo harás y yo contigo. Estaré cerca para ver tu surgimiento, tu gritto de felicidad, tu sonrisa, tu timidez (maldita timidez), tu calidad, (bendita calidad), tu sabiduría. Arriba "Torero" arriba submarino.

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