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sergiobrau

Escribe Guillermo Estecha en Mundo Deportivo.

Undiano Guillermo Estecha Siempre me ha llamado la atención ver a los profesionales del balón echarle la culpa al empedrado cada vez que una decisión del colegiado les ha perjudicado. Que las malas decisiones de Undiano sirvan de parapeto para esconder las carencias propias es una actitud tan desconcertante como esa 'omertá' corporativa que rige entre los árbitros, donde los análisis abiertos sobre los aciertos y errores que nos ayudarían a entender mejor su labor, mueren siempre en 'petit comité'. Lo discuto con amigos que pitan y han pitado, a los que a veces he acompañado por los campos de Bizkaia para darme cuenta de lo complicado que supone ponerse el silbato en la boca y decidir en décimas de segundo. Uno de ellos me decía que lo peor que le puede pasar a un árbitro es darse cuenta de un error justo después de haber parado el juego y que no haya opción de dar marcha atrás. Algo parecido a lo que le sucedió a Undiano en el Calderón: vio el agarrón dentro del área, no lo consideró punible y no pitó. Sin embargo, el banderazo de su auxiliar le descolocó y le obligó a parar el juego. Entre que éste no cruzó el banderín, ni se fue a la línea de fondo y él tenía que desdecirse de su primera decisión, pasó lo que pasó. A Undiano le delata luego su rostro mirando al césped buscando el lugar imposible fuera del área. Uno de los colegiados más preparados de la Liga echó así a la basura un informe que llevaba de forma casi impecable. Lo peor es que ahora todo sirve para dar rienda suelta a cualquier tipo de comentarios, porque el Athletic lleva cuatro años sin ganar con el trencilla navarro, o para que otros se libren de mayores críticas por dejar escapar otra oportunidad inmensa de tocar la salvación con la punta de los dedos. Y van… Amigo Guillermo: no puedo estar de acuerdo contigo en varias cosas. Sí: es muy complicado pitar, decidir en una fracción de segundo, pero es muy fácil, el que no esté preparado, que no pite. Indiano vió la falta y no la quiso pitar. Y si no la vió, cuando el línea levantó la bandera, le pudo preguntar que era lo que había visto porque el no vió nada. Así de sencillo. Es cierto que los equipos tapan sus miserias con la actuación arbitral, pero tú sabes que el domingo fue determinante, y yo, que siempre apoyé y defendí lo buen árbitro que era Undiano, no puedo justificar lo del domingo. Simplemente, no.

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