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sergiobrau

Pena vergüenza y rabia.

Son los tres sentimientos que me invaden desde el jueves. Tres sentimientos distintos, pero muy relacionados entre sí. Pena. Por no estar en la regata, por llevarme una nueva decepción y por habernos vendido humo azúl desde la Bou, por otro pequeñño fracaso, y por ninguna ilusión de aquí al final. Vergüenza. Por todo lo del jueves. Porque políticos, abogados y Astillero, se encargaron de llenar todo esto de porquería y de hacer olvidar lo más importante de este deporte: los remeros y la gente. Y al final, se han salido los malos con la suya, en parte por la poca autoridad del CAT (porque si es una regata privada, el Gobierno Vasco nada puede decir), y despuués, por todas, absolutamente todas las tripulaciones, que no tuvieron narices a plantarse, y dejar esta farsa para otro año. Los mayores culpables, unos cuantos que no han querido admitir sus errores, que se negaron a pasar un control de dopaje, y que ahora reman estando sancionados. No sólo pasa en Astillero, sino que Pedreña y Arkote, también se han aprovechado de la situación. Astillero ha sido cobarde, porque pensaba que venía a la guerra, una guerra que ellios han provocado. Como cobardes y proscritos, llegaron el jueves y ayer, desde Ondarreta, para que nadie les gritara la verdad, para que no pasara nada. ¿Quien se creen? Rabia. De que ninguno tuviera el valor de decir que no competía con tramposos, de ver como los malos siempre ganan, y por escuchar al impresentable Sainz de La Maza ayer, alabando las excelencias de San Sebastián, y diciendo que si algún año Elorza no los invitan se aguantarán. Pues por lo que parece, este año se han aguantado tanto que han interpuestto una querella. Sea lo que sea, y gritando a los cuatro vientos que nii vi ni veré la resolución de la bandera, y commo no pueden ganar nii Cabo Ni ZZarautz, que gane Castro antes que una cuadrilla de tramposos.

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