Miedo.

Voy retrasado, tremendamente retrasado, pero nunca es tarde si la dicha es... En este tema no hay dicha, sino miedo. VUelvo a sentirlo, y menos mall que la Liga se ha parado. El Athletic fue una caricatura, un esbozo, un muñeco en manos de alguien que está muy lejos de saber manejarlo. Por eso no perdió, por eso y porque le regalaron un grotesco penalti. Sí, no me duelen prendas ni se me cae el único anillo que de momento llevo en el dedo. Porque algunos, sí reconocemos las ayudas arbitrales, otros, se escudan en que si nos deben unas cuantas históricamente hablando, otros que visten de blanco se escandalizan de los vergonzosos regalos que recibe el Barcelona, pero tienen frágil la memoria porque durante los ochenta y gran parte de los 90, ya salían del vestuario siempre ganando 1-0. Mala memoria... Pero vamos a lo que vamos. Sólo me permitiré la licencia de pensar que con Orbaiz no hubiera sido tanto desastre, que Murillo y Javi Martínez, no supieron conducir al equipo, el primero porque no es lo suyo, y el segundo porque era demasiado en su debut. No funcionó el 4-3-3, los delanteros ni la vieron pasar, Yeste hizo lo que pudo en las faltas, Aduriz trabajó bien el poco tiempo que tuvo la pelota, y a Etxeberría ni se le vió porque casi no olió pelota. Gabilondo y Sarriegi se mostraron voluntariosos y apuntaron maneras de titulares, Aranzubia estuvo serio en la única de peligro que le llegó, Iraola se animó por momentos, y Casas volvió a pecar doblemente en el gol realista, si no, otro pelo nos hubiera lucido en la tabla, porque lo que es el juego, fue tremendamente deficiente. También el Athletic tuvo la suerte de tener un rival que insinua mucho pero que casi nunca cumple. La Real jugó contra el peor Athletic de los últimos años, y no supo ganarle, es más, casi lo pierde, porque insinuó mucho con el balón, pero se debieron gastar toda la pólvora en Semana Grande, porque ni Darko ni Uranga provocaron miedo. Si no hay un cambio radical, va a tocar sufrir otra vez, pero de todas formas, demos un voto de confianza, que ha sido el primer partido.