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sergiobrau

José Javier Esparza (crítico de televisión.

Antena 3 ha eliminado su serie 'Lobos', que había despertado buenas críticas, pero con unas cifras relativas de audiencia insuficientes. Antena 3 ha contribuido
a esa insuficiencia con el cambio de día infligido a la serie: ese fue el cepo donde 'Lobos' perdió su oportunidad de sobrevivir. No es la primera vez
que Antena 3 hace algo así. Y es la segunda ocasión en que la víctima es una serie buena; la primera fue 'El pantano'.

Una asociación de espectadores quiere denunciar a Antena 3 por ello. En realidad, esto de suprimir una serie a los cuatro capítulos es como entrar a ver
una película en un cine y que a mitad de la sesión te apaguen el proyector por falta de aforo. «Oiga, que hay una diferencia -dirá el programador privado-:
la entrada del cine se la paga usted de su bolsillo, pero la serie le sale gratis y el que pierde dinero soy yo». Vale, pero eso es una verdad a medias:
el hecho de que el canal privado se juegue su dinero no significa que carezca de obligaciones; a él se le ha concedido la explotación de un canal privado
para que desarrolle un servicio al público, y dentro de éste figura el proveer al televidente de información veraz sobre los avances de programación.

La cuestión de fondo es la incapacidad de Antena 3 para sostener sus productos cuando pintan bastos. Nótese que 'Lobos' no ha fracasado por poca calidad,
ni tampoco por poco público (¿tres millones de espectadores son poco público?), sino porque, a la misma hora, otros programas tenían más espectadores,
lo cual achicaba la cuota de pantalla y, con ella, el pedazo de tarta publicitaria. Pero Antena 3 aplica una lógica binaria extremadamente cruel: o funciona,
o no funciona. Podríamos hablar de 'darwinismo televisivo', pero no, porque la selección natural es más generosa y permite a las especies adaptarse, hacer
frente a un medio hostil. No así Antena 3. En el organigrama de ese canal va haciendo falta una figura nueva: el Adaptador Darwiniano, es decir, un tipo
(o tipa) que corra en auxilio de los productos que defraudan expectativas comerciales. Porque esto es peor que la ley de la jungla, oiga.

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